FC BARCELONA

Iniesta: "La Masia es emoción, sentimiento, orgullo y felicidad"

Andrés ha vivido de cerca la transición entre la vieja y la nueva Masia. Un cambio necesario para adecuarse a los nuevos tiempos, manteniendo el poso con el que el capitán del Barça se formó y que apunta como fundamental para los jóvenes talentos

Jordi Gil

Hablar de La Masia es sinónimo de grandes emociones para Andrés Iniesta. Sus palabras fluyen cuando reflexiona sobre la que fue su casa hace 20 años y que ahora se ha convertido en un edificio moderno y funcional en el que se siguen fogueando nuevas hornadas de futuros futbolistas. La tristeza del primer día que se separó de su familia o los momentos de añoranza de su adolescencia son una página del pasado que quedan como mera anécdota. Andrés se refiere a la Masia con un tono alegre, solo matizado con alguna pincelada un tanto nostálgica.

Su definición de La Masia se resume en estas palabras para SPORT: “Es un poco de todo, emoción, sentimiento, orgullo y felicidad”. Andrés revisa los últimos 20 años y aprecia “lo que he aprendido como jugador y como persona, es lo que considero más importante cuando echo la mirada atrás”.

Maduró a toda velocidad Iniesta se incorporó al fútbol base blaugrana con 12 años. Sus padres le inculcaron unos valores de por vida en Fuentealbilla y en Barcelona acabó de moldear su personalidad. Con el paso del tiempo, Andrés aún señala que “la Masia es mi casa, donde he pasado mucho tiempo y he crecido como persona. Maduré a una velocidad tremenda y a día de hoy todo lo que he podido avanzar, en gran medida, es gracias a mi paso por La Masia”.

El capitán tiene muy presentes las experiencias vividas y, sobre todo, “la gente que ha participado y me ha ayudado. La gente de la Masia con la que hemos llorado y nos hemos abrazado juntos. Lograron meterse en ese papel de familia, que es lo que a todos nos faltaba”. Los cuidados de los responsables de la residencia, profesores, cocineros, entrenadores… Andrés se acuerda de todos ellos y como le hicieron la vida mucho más sencilla, sobre todo en esos fines de semana en que el resto de chicos visitaban a sus familias y él se queda prácticamente solo.

Personas como Albert Benaiges, que le acompañaba al cine o a dar una vuelta para eludir la soledad, le alejaban de la amenaza de la melancolía.

Iniesta pone en una balanza los últimos 20 años y su valoración se decanta claramente hacia un solo lado: “Todo ha valido la pena, evidentemente. Fue un paso muy importante y más allá de las cosas conseguidas, la Masia ha marcado para bien a todos los que hemos pasado por aquí”.

Más que compañeros Andrés hizo grandes amigos, que han perdurado para toda la vida, en unas condiciones que poco tiene que ver con las actuales. “Estábamos en cuatro habitaciones, con ocho niños en cada una de ellas, éramos una treintena. Ahora es muy distinto, todo ha cambiado mucho”, apunta el jugador, quien también recuerdo como en su último año en la Masia “ya estuve en una habitación de dentro del Camp Nou, con tres jugadores, con Jordi Mesalles y Gilberto”. Al acercarse la mayoría de edad, la salida de la Masia era obligada y sus padres se trasladaron desde Fuentealbilla para estar a su lado. 

Andrés creció como profesional al lado de sus padres y su hermana en el domicilio de Sant Feliu de Llobregat. Para el futbolista fue de gran importancia reencontrarse con los suyos después de concluir la etapa de formación.

El manchego se marchó de la vieja residencia con un sentimiento de agradecimiento eterno. “Toda la gente que ha estado relacionada con la Masia ha aportado su grano de arena. Se merecen un monumento de por vida en el club”, asegura. Ahora  cuentan con instalaciones de primera línea mundial para formar a los jóvenes valores, sin perder la esencia didáctica con la que crecieron Andrés y sus compañeros.

El manchego es optimista con el futuro de la Masia y la cantera. “Unos años puedes llegar a jugar una final de la Champions con mayoría de canteranos y otras veces no salen tantos jugadores, pero las bases y el trabajo en el fútbol base del Barça está puesto”, relativiza sobre el retroceso en la incorporación de jugadores al primer equipo en los últimos tiempos.

Iniesta ayuda con sus palabras y actitud a que los jóvenes quieran progresar y pongan en valor el privilegio de estar en la mejor escuela de fútbol del mundo.