Guerra fría de Coutinho con el Barça

El tacticismo impera, tanto por parte del Barça como de los agentes de Coutinho, en el inicio de unas tratativas que deben convergir las próximas semanas en un único desenlace posible: la salida del mediapunta carioca del Camp Nou a partir del 30 de junio.

De momento, sin embargo, nadie ha mostrado sus cartas, ni sus verdaderas intenciones. Ni Coutinho ha dicho que se haya planteado marcharse, ni el Barcelona, a través de la dirección deportiva, ha dejado entrever a sus agentes que pueden empezar a rastrear el mercado. 

Coutinho no ha respondido a las expectativas que creó su fichaje, pero consciente del buen mercado que tiene en la Premier, el Barça se encuentra en la tesitura de tenerlo que vender para ganar músculo financiero y poder afrontar las tres incorporaciones que deben cambiarle la cara al equipo: la de De Jong, que ya está firmada, de su colega en el Ajax, De Ligt, apuntado como el sustituto natural de Piqué, y la deGriezmann, cuya cláusula de rescisión es ahora de 120 millones de euros. 

El jugador admiti su crisis

Philippe, por su parte, es rehén de una crisis creativa y de autoconfianza que ha bloqueado y maniatado su capacidad creativa. Es el primero que es consciente de que necesita relanzar su carrera en un nuevo proyecto deportivo en que vuelva a sentirse solista, como le ocurría en su última etapa en el Liverpool bajo la dirección de Jurgen Klopp.

Como SPORT publicó en marzo, Coutinho expresó a varios colegas de selección  que estaba sospesando la idea de cambiar de aires. 

Como informamos puntualmente, sus agentes se citaron con la dirección deportiva blaugrana, justo después del partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions contra el United, cuando Philippe dedicó unos exabruptos a la prensa al marcar un golazo.  En esta cumbre, los representantes del brasileño no expresaron en ningún momento el deseo de Coutinho de querer dejar Barcelona. 

Cumbre con Segura

En esa reunión, el Barça, a través de su máxima ejecutivo deportivo, el manager Pep Segura, tampoco mostró dudas sobre la continuidad del brasileño. Es más, transmitió a los agentes que el club tenía máxima confianza en el brasileño, antes de encarar la eliminatoria clave contra el Liverpool. De hecho, el futbolista volvía a mostrado destellos de su calidad que podían hacer presagiar una resurrección cuando iba a enfrentarse a su ex club. 

Sin embargo, la histórica humillación en Anfield parece haber precipitado una decisión inevitable: buscar una salida a Philippe que beneficie todos los implicados. Aquí los intereses de ambas partes convergen. Si no se mantiene la sintonía, la entente y la complicidad que ha habido entre la dirección blaugrana y los representantes del brasileño, el iraní radicado en Inglaterra, Kia Joorabichian y el brasileño Giuliano Bertolucci, será imposible una transacción viable.

Ahora le toca a la dirección blaugrana abrir el juego y comunicar al entorno profesional de Coutinho que quieren ponerlo en el mercado este verano. Y, a partir de entonces, tanto el futbolista como el Barça necesitarán remar en una misma dirección. Sin sinergia, no será posible su desembarque en otro club.

Operación difícil

La venta del jugador más caro de la historia del club no se antoja nada fácil. En primer lugar, por el desorbitado precio de su adquisición (140 millones de euros fijos más 20 en variables) que obliga a una transacción superior a la barrera de los 100 millones de euros si el club blaugrana no quiere computar pérdidas en esta operación, algo que sin duda el CEO de la entidad, Òscar Grau, no va a aceptar. El Barça no va a ceder. 

Y, el segundo escollo a ser superado, es la ficha del jugador, que se aproxima a los 14 millones netos por temporada. Coutinho no está por la labor de ver como se reducen sus emolumentos fuera del Camp Nou, teniendo en cuenta que aún le quedan cuatro años de contrato en Barcelona. Aquí, quien no pretende dar un paso atrás es el jugador.

120 millones

La ecuación de buscar un comprador que se acerque a los 120 millones de euros en la transacción y que, además, garantice los ingresos que el brasileño tiene actualmente reducen las posibilidades del futbolista brasileño, por mucho que parte de la grada del Camp Nou así lo exprese, como quedó patente este último domingo, o que este sea el deseo, de momento en la esfera privada, del propio interesado.