Griezmann, el quinto fantástico

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Antoine Griezmann (21/03/1991/Mâcon) será el quinto fantástico. El francés llegará al Barça eL próximo verano, con los 27 años cumplidos, y en plena madurez futbolística. ‘Le petit diable’ (el pequeño diablo), como se le conoce en su país, se sumará al rutilante elenco de astros de la plantilla. Al grupo que forman los Messi, Suárez, Coutinho y Dembélé.

El Barça disfruta del presente, pero no se olvida del futuro. El francés aparece como oportunidad de mercado (su cláusula es de 100 millones) y una realidad a medio y largo plazo. Con este movimiento, el club no solo se asegura una pieza más para completar un ataque top, sino que además ficha un relevo real para Suárez, de 31 años, de cara al futuro. Bartomeu ha sido una de las personas claves a la hora de liderar una operación que cuenta, incluso, con una cláusula de penalización por ambas partes si no se respeta el acuerdo. El Barça le reserva el dorsal ‘7’, un número que ya deja entrever el papel protagonista que le espera al futbolista. 

El francés será una pieza importante en el Barça que viene. Un equipo que ya está apuntando su próxima metamorfosis. La salida de Neymar, y la posterior lesión de Dembélé, obligó a Valverde a tener que intervenir con un plan de emergencia. El técnico se aplicó en dos extremos: acercar a Messi al gol y mejorar la estructura defensiva del equipo. Para ello recurrió al 4-4-2, un sistema que restó brillantez al juego, pero que convirtió al Barça en un equipo mucho más sólido que la temporada pasada. El fichaje de Coutinho y el regreso de Dembélé han anticipado la transformación que está por venir. Ante el Girona ya se vio un equipo mucho más alegre. También más vulnerable atrás, pero con innumerables recursos para hacer daño al rival. 

Valverde alineó por primera vez juntos en el once inicial al poker de astros. ¿Será una tendencia en el Barça del futuro? El fichaje de Griezmann sumará aún más potencial ofensivo a un equipo que parece diseñado para volver a abrazar una apuesta más valiente que la de esta temporada. El francés llegará afianzado como uno de los mejores futbolistas de la Liga.

Su ascendencia en el Atlético es comparable a la que tiene Messi en el Barça. Acostumbrado a jugar en la banda en sus inicios, con los años se ha ido conectando cada vez más con el juego. Griezmann ya no es aquel futbolista intermitente de apariciones deslumbrantes de su etapa en la Real y sus inicios en el Atlético. Ahora juega con total libertad; es un goleador pero también un creador de juego. Un facilitador para sus compañeros de ataque y el primer receptor del juego de los centrocampistas. La llegada de Costa le ha sentado de maravilla, del mismo modo que Suárez es una bendición para Messi. 

Ese trabajo de desgaste del brasileño, sus movimientos sin balón y la fe que exhibe en cada jugada, han contribuido a ver un Griezmann desencadenado como se vio ante el Sevilla. Es la versión más madura de un futbolista que sigue siendo de sangre caliente. Hace unas semanas sufrió los pitos de Wanda y se encaró con la grada. No era la primera vez de un futbolista con una personalidad especial. Griezmann creció fjándose en la imagen de Beckham y siempre fue un jugador de arrebato. Impulsivo. Tan adrenálinico fuera del campo como fuera. Espontáneo con sus compañeros y los medios. Puro nervio  adolescente. En el Barça le esperan con los brazos abiertos.