Griezmann aleja el temporal

Amenazaba temporal y tuvo que irrumpir Griezmann a última hora para que la borrasca no se llevara por delante al Barça en la Copa. No fue cosa del viento o la lluvia.

Fue la convicción del Ibiza y la falta de fútbol del Barça lo que explicó una igualdad insospechada entre el líder de Primera y un equipo de Segunda B. 

A la ilusionante puesta en escena del Barça ante el Granada le siguió una actuación decepcionante. Muy decepcionante. Porque el conjunto azulgrana se aplicó en la posesión, pero a la práctica fue solo una versión raquítica del ideario ‘cruyffista’.  

Fiel a su sistema

Setién mantuvo el mismo dibujo (3-5-2) pero cambió el reparto: Semedo fue el encargado de abrir el campo por la derecha y Ansu Fati en la banda izquierda.

Repitió la fórmula de los tres centrales. Y acumuló jugadores en el centro del campo. Pero ni siquiera entradas prometedoras como Riqui Puig y De Jong le dieron vida a un Barça pálido. 

El equipo salió dormido y lo aprovechó el Ibiza para adelantarse en el marcador tras un error defensivo de bulto. La reacción del Barça tardó demasiado en llegar; fue un equipo frío en un encuentro incómodo, en el que siempre llegó un segundo tarde en cada acción.

Enfrente se encontró un rival metidísimo, que jugó con la ilusión del que sabe que es el partido de su vida. Apretó, mordió y se defendió con dientes el Ibiza.

Ni siquiera con el marcador en contra pareció tener prisa el Barça, a pesar de jugarse la eliminatoria a partido único. A pesar de ser el segundo encuentro de la Era Setién. Sin Messi, el conjunto azulgrana se quedó mudo. Sin respuesta ni empuje en un contexto poco propicio: césped artificial y un rival sin cartel, pero encendido. 

Setién buscó soluciones dando entrada a jugadores como Alba, Arthur y Vidal. Pero fueron dos jugadores que estaban pasando desapercibidos hasta entonces -De Jong y Griezmann- los que fabricaron la igualada. 

Los dos grandes fichajes de esta temporada salieron al rescate. El holandés con una asistencia medida. Y el francés con un remate clínico. Se le pedía a Griezmann que apareciera en un encuentro con mayoría de la segunda unidad. Y el francés marcó las diferencias.

Suyo fue también el segundo gol, de nuevo con un golpeo preciso, imposible para el portero, en el minuto 94. Cuando ya asomaba la prórroga, salvó al Barça de un lío. 

“Nos costó crear ocasiones y no tiramos a puerta en la primera parte. Pero mejoramos en la segunda mitad. Es un sistema nuevo. Iremos cogiendo la táctica del nuevo míster”, señaló tras el encuentro.

Un nuevo sistema que beneficia al francés, que ha pasado de vivir en la banda con Valverde a disfrutar de una posición más centrada con Setién. 

SIN UN FARO

Sin Suárez, que estará cuatro meses fuera, los goles de Griezmann serán imprescindibles para que el Barça pueda competir al máximo nivel. Ayer no estuvo Messi y el francés asumió sus galones.

Lo hizo en un Barça, al que le faltó de nuevo profundidad. “La realidad es que nosotros no hemos estado todo lo inspirados y clarividente que me habría gustado”, reconoció Setién.

El Barça es ahora un equipo en construcción a mitad de temporada. Setién tiene muy claro el plan, peor la ejecución sigue estando lejos de las intenciones del técnico.

El Barça debe dar el siguiente paso en los próximos partidos; pasar de ser un equipo que tiene el balón a uno que toque el balón y sea venenoso para los rivales.

Ya lo dijo Guardiola en el libro ‘Herr Pep’; la posesión no es un fin, solo es un medio para ganar. Un camino para defender mejor y llegar al área rival. “Yo odio el ‘tiki-taka’. Lo odio. El tiki-taka es pasarse el balón por pasar, sin ninguna intención. Y esto no sirve para nada. No os creáis lo que dicen: ¡El Barça no tenía nada de tiki-taka! ¡Eso es un invento! ¡No hagáis caso!”.