La gran decepción de Arturo Vidal

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

"Cuando uno tiene calidad y se prepara, puede adaptarse a cualquier equipo”, expresó Arturo Vidal después de jugar su primer partido como titular con la camiseta del Barça, el empate a dos ante el Girona en el Camp Nou de LaLiga. La frase causó cierto impacto en el entorno blaugrana porque el chileno ni siquiera evitó mostrar esa falsa modestia tan habitual entre una parte del colectivo de futbolistas. A sus 31 años, Vidal pasa de formalismos. De hecho, ha pasado de ellos toda su carrera deportiva y no le ha ido mal.

Llegó al Barça después de vestir tres temporadas la camiseta del Bayern de Múnich, club en el que aterrizó después de cuatro años en la Juventus. Es también una de las estrellas de la selección de Chile, así que su currículum le permite olvidar los formalismos y tener cierta confianza en su capacidad de adaptación al fútbol que se practica en el Camp Nou. La etiqueta que trajo pegada a la  maleta que le acompañó desde Alemania a Barcelona, en la que se leía “recambio de Paulinho”, le permitía también suponer que su protagonismo debía alcanzar, por lo menos, el que había tenido el brasileño en su aventura blaugrana.

Ernesto Valverde encajó muy mal el regreso del centrocampista al fútbol chino y todo hacía pensar que su recambio tendría el mismo rol en el equipo. El propio futbolista estaba convencido, y así se lo hicieron saber, que sería una pieza importante en el esquema de Ernesto Valverde, cuya apuesta por jugar con cuatro centrocampistas, parecía inamovible. Pero las cosas no siempre suceden como uno las imagina.

molestias inoportunas

La grave lesión sufrida en marzo de 2018 disputando la Champions con el Bayern de Múnich le obligó a arrancar con cierta precaución en el Barça. Además, sufrió unas molestias en la misma zona, fruto del regreso a la actividad regular, que le mantuvieron quince días sin poder trabajar al cien por cien. Pese a ello, Valverde le usó en cada uno de los seis primeros partidos oficiales de los blaugrana, en todos ellos saliendo desde el banquillo y con los diecinueve minutos ante el Huesca como máxima participación. Demasiado poco para alguien convencido de que debe ser titular indiscutible.

alarma en leganés

Creyó que su suerte empezaba a cambiar cuando salió de inicio ante el Girona, partido en el que más minutos ha disputado (58), pero no jugar ni un solo minuto en la derrota de Leganés fue un punto de inflexión. Arturo Vidal, desde su perspectiva, podía encontrar argumentos a su escasez de minutos hasta entonces, pero no entendió su ausencia en Butarque. No dar continuidad a la titularidad ante el Girona significó un golpe difícil de digerir para el chileno, que volvió a salir de inicio ante el Athletic, pero sin poder completar tampoco el encuentro.

el factor arthur

El vaso acabó de derramarse al verse entre los suplentes en Wembley, uno de esos días marcados en rojo para cualquier futbolista de su dimensión. Valverde escogió a Arthur y el resultado dio la razón al técnico, pero  Vidal confirmó todas sus sospechas y se dio cuenta de que su papel no sería el imaginado. Valencia acabó de dar la razón al chileno porque el brasileño, al contrario que él, no ha necesitado ni prepararse para encajar.

víctima del sistema

Arturo Vidal parecía destinado a convertirse en el recambio natural de Paulinho en el centro del campo. El brasileño jugó mucho más de lo esperado durante la temporada que vistió la camiseta blaugrana gracias a un sistema basado en el 4-4-2 con el que Valverde quiso reajustar piezas tras la marcha de Neymar al PSG. Sin embargo, en su segundo año en el banquillo, el técnico ha optado por potenciar el ataque con la entrada de Dembélé y un sistema con tres centrocampistas. La alternativa al francés, con Coutinho en ataque, tampoco ha servido para que el chileno gane presencia.