El gesto solidario del irlandés Patrick O'Connell

Una imagen del irlandés Patrick O'Connell en el banquillo

Una imagen del irlandés Patrick O'Connell en el banquillo / FCB

David Salinas

David Salinas

El FC Barcelona ha sobrevivido a varias y afiladas crisis económicas, incluso a una guerra. Ahora hace frente a la emergencia sanitaria desatada por el coronavirus, que ha bloqueado cualquier actividad deportiva y comercial salvo las consideradas básicas o de primera necesidad. En todas estas situaciones dramáticas los desequilibrios entre ingresos y gastos diezmaron la tesorería del club y se tomaron medidas drásticas para contener la depresión, como ahora, con el anuncio la noche del jueves de distintos expedientes relativos al área deportiva así como en el resto de personal no deportivo tras una junta realizada telemáticamente.

La peor recesión tuvo lugar durante la guerra civil española (1936-1939). Las hostilidades dejaron al Barça al borde de la quiebra, pero con ingenio, compromiso y sentido de la responsabilidad el barco se mantuvo a flote. Un gesto de honestidad y humildad lo encontramos en el que era entrenador por aquel entonces, el irlandés Patrick O’Connell. El técnico, en enero de 1938, viendo la dificultad que tenía el club para resistir, acordó una rebaja de un tercio de su sueldo. Y eso que, entre mayo y octubre de 1937, había liderado al equipo en una eterna pero salvadora gira por México Estados Unidos que reportó un beneficio neto de 461.799,10 pesetas a la entidad.

O’Connell, a partir del mes de julio de 1938, dejó de tener una nómina de 1.500 pesetas para pasar a una de 1.000. En septiembre de ese mismo año la medida afectó también a los jugadores. El ritmo de la actividad deportiva disminuía, las recaudaciones cayeron en picado (había otras prioridades) y el club no podía contar con todos sus jugadores por estar algunos en el extranjero, otros en el frente y, algunos, movilizados en equipos militares.

Recortes

El consejo directivo no tuvo otra alternativa que tomar decisiones drásticas y recompensar a la plantilla en función de los partidos que se iban jugando y los resultados obtenidos para no tensionar las arcas de la entidad. Gracias a este freno en el gasto deportivo pudo sostenerse el pago a los empleados, indispensables para mantener una cierta normalidad. Otra de las medidas fue la disolución de la sección de tenis por tener el club unas pistas arrendadas para la práctica de este deporte. Hubo recortes por todos lados.  

El técnico irlandés siempre estuvo orgulloso de su paso por el FC Barcelona y, una vez finalizado el conflicto bélico, desde Londres, se puso en contacto con la entidad para poder regresar, dejando las condiciones económicas en un segundo plano. El Barça, por carta, respondió a O’Connell en mayo de 1939 para que retomara sus funciones al frente del equipo. 

En marzo de 1940, por los malos resultados y por querer el Barça abrir una nueva etapa, a O’Connell le rescindieron el contrato con tres meses de antelación. El equipo pasó en manos del exjugador Josep Planas, que quedaba bajo la supervisión de la Comisión Asesora, de nueva creación, y compuesta por los también exfutbolistas Paulino Alcántara, médico y oficial del Ejército, y Agustí Sancho, un ejemplo de deportista íntegro. Ambos debían rendir cuentas a los directivos Josep Vidal-Ribas (vicepresidente) y Josep De Fontcuberta (vocal), integrados en la junta presidida por el aristócrata Enrique PiñeyroMarqués de la Mesa de Asta, y militar en excedencia antes de la guerra. 

Otro guiño

Una nueva muestra de empatía y solidaridad con el club la protagonizaron varios jugadores canteranos en 1960, tres años después de la inauguración del Camp Nou, otro momento crítico en la historia del FC Barcelona. Levantar el coloso azulgrana dejó a la entidad sumida en una grave crisis económica y, como recordó recientemente el periodista Antoni Bassas, citando el libro de memorias de Fabià Estapé, los jugadores catalanes del equipo, todos ellos pesos pesados en el vestuario, Antoni Ramallets, Juanito SegarraSígfrid GràciaFerran OlivellaEnric Gensana Martí Vergés, dieron un paso al frente para lanzar un salvavidas a la entidad azulgrana.

Cuenta Estapé que “estando reunidos los directivos en junta, aparecieron una serie de jugadores -los anteriormente citados-. Fue entonces cuando Ramallets se dirigió a los dirigentes y dijo: “Nos han dicho que el Barça tiene problemas de dinero y como nosotros, todo el dinero que tenemos lo hemos ganado en este club, les venimos a decir que lo que haga falta lo dejamos al club y ya nos lo devolverán cuando puedan”.

El que fue directivo azulgrana (contable) con la junta de Francesc Miró-Sans entre 1959 y 1961 agregaba: “Sinceramente, para mí eso en aquel momento fue más emotivo que ganar una Liga. Afortunadamente no hizo falta porque conseguimos un nuevo crédito con Banesto para asumir los gastos”.