Gavi se dejó la piel y domó a los leones

El ambiente de San Mamés multiplicó la motivación del centrocampista, capaz incluso de jugarse la cabeza

Mantuvo un duelo muy intenso con Dani García y la afición rojiblanca la tomó con él

¡Es un animal! Gavi se jugó la cabeza (literalmente) para llevarse la victoria en San Mamés

Gavi se dejó la piel en el encuentro ante el Athletic / LALIGA

German Bona

German Bona

Si el Barça no tuviera en sus filas a un futbolista como Gavi, lo tendría que inventar. Todo equipo necesita un equilibrio y en un centro del campo plagado de calidad, la garra y la intensidad la pone un futbolista de apenas 18 años pero capaz de centrar la atención, y las iras, de todo un estadio.

Volvió a ocurrir en San Mamés, donde el de Los Palacios regresaba al once titular azulgrana tras perderse el anterior partido, la victoria 1-0 al Valencia en el Spotify Camp Nou, por sanción.

La afición rojiblanca la tomó con el canterano, que tuvo que escuchar incluso cánticos desagradables hacia su persona. Una presión que arrugaría a cualquiera, pero este no es el caso de Gavi.

Vuelta al interior

Después de unos cuantos partidos en los que, por necesidades del guión, Gavi tuvo que desdoblarse entre el extremo izquierdo y la función de centrocampista, el andaluz regresó al interior en el 4-3-3, acompañando a Sergio Busquets, al que ayudó en todo momento en tareas defensivas, y a Frenkie de Jong. Eso hasta que Kessie entró por Ferran Torres a veinte minutos para el final y Xavi regresó a los cuatro centrocampistas. Pudieron cambiar sus funciones, pero no la intensidad.

Fue un partido de bregar más de tener la pelota, aunque su número de intervenciones fue aumentando a medida que pasaban los minutos. El primer tiempo fue mucho más físico, hasta el punto de jugarse literalmente la cabeza en una acción con Dani García, en la que se tiró de cabeza al suelo como si estuviera en una piscina, solo que sin agua, y fue deslizando sobre el césped para evitar que el centrocampista rojiblanco se llevara el balón. También se las tuvo con Raúl García.

Una increíble acción

Consiguió su propósito, pero el colegiado del encuentro, Gil Manzano, le pitó falta por juego peligroso. Protestó con vehemencia Gavi, alzando los brazos y provocando que los silbidos en contra fueran más acuciantes.

Pero en un estadio donde se premia la presión, el carácter y el orgullo, nadie puede dudar que Gavi presenta estos valores. Y sin estar exento de calidad técnica, que evidenció más en la segunda mitad, con más espacio y juego entre líneas. Perdió menos balones y sus intervenciones con el balón aumentaron de forma considerable. A un cuarto de hora para el final, robó un balón y emprendió una feroz carrera. Cuanto más difícil estuvo el partido, más apareció por todas las zonas del campo.

Maldijo no poder evitar la carrera de Guruzeta, se puso de rodillas y golpeó el césped antes de que el tanto de Iñaki Williams fuera anulado por la acción con la acción en el antebrazo de Iker Muniain.

Gavi se deja la piel por el Barça, no acusa la presión ambiental y se ha vuelto en imprescindible para Xavi. Una fiera capaz de domar hasta a los leones.

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