Gamper, socio 1 'in memoriam'

El 1 de agosto de 1930, hoy se cumplen 90 años, tuvo lugar una de las juntas directivas más afligidas y desangeladas del FC Barcelona: la del adiós a Hans Gamper, el fundador, que se había quitado la vida dos días antes, el 30 de julio, en su domicilio de la calle Girona a la edad de 52 años como consecuencia del crack bursátil de 1929 y sus repercusiones económicas en cadena.

La sesión ordinaria de la Junta Directiva del FC Barcelona tuvo lugar en la sede social, sita entonces en el Passeig de Gràcia esquina Diputació, en el chalet de César Ortembach, que años más tarde se vio afectado por una gran reforma y, en su lugar, se ubicó en 1947 un comercio de referencia y  lujo, Magda, especializado en objetos de regalo, perfumería y joyería. La Junta dio inicio a las 22.30 horas y estuvo presidida por el presidente azulgrana, Gaspar Rosés. Se despacharon en primer lugar los temas deportivos y sociales más urgentes y, acto seguido, se abordó la muerte de Gamper.

Honores

Se guardaron 5 minutos de riguroso y respetuoso silencio antes de abrir un diálogo que, seguramente, nadie hubiera querido iniciar. El Barça estuvo a la altura de las excepcionales circunstancias y, entre otros acuerdos, concedió el número 1 de socio al fundador a perpetuidad. Así quedó escrito en acta (en catalán): “Disposar que el número u de soci que, com a fundador de l’entitat li corresponia, li resti definitivament adjudicat i que mai mes e pugui córrer, en perdurable homenatge al seu esforç”.

Gamper ya era el socio número 1, pero el acuerdo fue una manera de reconocer y honrar la memoria del ‘padre’ del FC Barcelona, una persona que desde la fundación de la entidad, en 1899, se había desvivido para que el club fuera creciendo y evolucionando. Hasta en cinco ocasiones estuvo al frente del mismo como presidente y en el verano de 1925 experimentó el humillante cierre de la entidad a raíz de los aplausos al himno inglés y los silbidos al español antes de un Barça-Jupiter.

En la Junta de ese 1 de agosto de 1930 también se alcanzaron otros acuerdos, como que la bandera del club ondeara a media asta en la sede social y en el campo de Les Corts, envolver al difunto con una bandera del Barça y ofrecerse [el club] a la familia para todo aquello que estuviera a su alcance. Uno de esos ofrecimientos fue subvencionar los gastos ocasionados por el sepelio y para la celebración de un solemne funeral.

Calle Gamper

Igualmente, la Junta apoyó una iniciativa que presentaría el concejal sr. Bremon al Ayuntamiento, al que facultó para que representara al club para que Gamper, buen amigo de Catalunya y Barcelona, tuviera una calle con su nombre. Una vía que debería abrirse con la urbanización de los alrededores del campo de Les Corts.

La Junta también reservó un asiento en propiedad en el palco de autoridades para Emma Pilloud, viuda de Gamper y, a partir de 17 de octubre de 1930, otro para su hijo al lado del primero. Para hacer uso del mismo, el hijo de Gamper solo debía avisar con antelación, de lo contrario el Barça se encargaba de su amortización.

Cuando el fútbol regresó en septiembre, en el primer partido, contra la Entente Bruxelloise, en Les Corts, se guardó un minuto de silencio. Pero como el que conocemos hoy en día. Se hizo después de iniciado el partido y con 1-0 en el marcador, gol de Samitier a los tres minutos de juego.

Así lo contó El Diluvio: “Fue un momento imponente, emocionante, cuando, al conjuro del árbitro, veinte mil espectadores, de pie y con la cabeza descubierta, dedicaron aquel breve tiempo a la memoria del gran deportista Juan Gamper, fundador del club y piedra angular del movimiento deportivo de Barcelona”.

Seguidamente, recuerda El Diluvio, “el capitán belga [y también el azulgrana] se dirigió al palco presidencial, desde cuyo testero el busto de Gamper preside los actos que se celebran en el campo, pronunciando un encomiástico discurso y dedicándole un ramo de flores a su memoria”.

71 años después

En noviembre de 2001, bajo la presidencia de Joan Gaspart, y debido a la actualización del censo de asociados de la entidad —una reclamación histórica— y de común acuerdo con sus herederos, el fundador quedó desposeído del carnet de socio número uno. 

El nombre de Gamper, que tampoco pudo asociarse en su momento al Camp Nou bajo severa amenaza de las autoridades fascistas, se recuerda año a año desde el verano de 1966 con la creación de su trofeo y también desde junio de 2006 con la inauguración de la Ciutat Esportiva.