BALÓN DE ORO
Aitana: "Soy la misma persona que hace quince años"
La dos veces Balón de Oro explica cómo vivió la gala del lunes en París, desde la elección de su vestido hasta el discurso y la gestión de la fama y el éxito

La centrocampista del Barça posó con sus dos Balones de Oro en el Johan / SPORT.es
Aitana Bonmatí es la misma persona que hace quince años. Tiene la vitrina repleta de trofeos y dos Balones de Oro, que se dice rápido. Solo cuatro futbolistas tienen más: Leo Messi (8), Cristiano Ronaldo (5), Michel Platini (3) y Johan Cruyff (3). Y también tienen dos Beckenbauer, Ronaldo Nazário, Di Stéfano, Kevin Keegan, Rummenigge y Alexia Putellas. Sin embargo, ella lo vive con total normalidad.
“No sé, ahora mismo no le doy más vueltas, la verdad. No lo veo como algo extraordinario, aunque sé que desde fuera sí se ve así. Porque yo misma, cuando era una niña, desde la lejanía y desde mi casa veía a Messi levantar Balones de Oro y me parecía algo increíble”, explica la centrocampista del Barça tres días después de levantar su segundo galardón en París. “Cuando lo vives desde dentro, le das normalidad y naturalidad, aunque cuando me pongo a pensarlo veo que realmente es algo muy fuerte. Seguramente, cuando pasen unos años, eche la vista atrás y esté retirada, en el sofá de mi casa, le daré mucho más valor a todo lo que estoy y estamos consiguiendo”.
Las primeras veces nunca se olvidan, pero la segunda también fue muy especial. “Este año no sabíamos nada, fue todo in situ”, cuenta. “De hecho, ni me preparé tanto el discurso, porque como no sabía si ganaría, no iba a gastar todo mi tiempo en eso. Pensé: ‘que salga lo que tenga que salir’. Evidentemente tenía una idea de lo que iba a decir si se daba el caso, pero me salió más natural. Yo iba con cautela y precaución”.
Lo hizo en catalán, “porque es mi lengua y con la que me expreso mejor”, y le dan igual las críticas. “No tenemos que estar justificándonos cada vez que hablamos en catalán, porque cuando hablo en inglés, nadie me dice nada. Tenemos que preguntarnos qué problema tenemos con nuestro idioma, que parece que no es bien recibido en algunas zonas. Yo no me he puesto a mirar los comentarios, sé que he recibido críticas, pero no me sorprende. No lo voy a cambiar”. Y ya está.
“Cero nervios”. Nada. Solo un poco las horas antes, cuando se acercaba el momento. “El año pasado lo estaba más, aunque sabía que ganaría, porque era la primera vez que me plantaba allí, delante de toda esa gente, la crème de la crème del mundo del fútbol. Y era algo nuevo”, confiesa Aitana. “Luego vinieron otras galas, he seguido dando discursos, y supongo que una aprende”. De hecho, el día antes estuvo en una casa con sus amigos en la Garrotxa. “Muy, muy tranquila, la verdad”.

Aitana Bonmatí con sus dos Balones de Oro / Dani Barbeito
Eligió uno de los vestidos que le habían ofrecido, entre dos o tres opciones, y tomó esa decisión ya una semana antes, “que sinó me estreso”. Optó por un blanco, porque nunca la vemos de blanco. “¡Ni yo!”, dice. “Era para cambiar un poco, porque si fuese por mí, lo hubiese elegido negro otra vez. Era lo fácil para alguien como yo, que no tiene ni idea de moda”.
Disfrutar de los momentos efímeros
Y Natalie Portman -ganadora de un Oscar y un Globo de Oro, también la crème de la crème- la llamó al escenario para, ya sí, darle su segundo Balón de Oro. “Es un orgullo. El año pasado fue Djokovic, y son dos personalidades muy importantes en sus respectivos mundos. Ella, además, es propietaria del Angel City y apuesta por el fútbol femenino. Es algo que voy a recordar siempre”.
No habló con ella, casi. Ni con nadie. “No tuve tiempo de tener conversaciones, realmente es muy agobiante, porque va todo muy rápido y es muy intenso. No hay tiempo para disfrutar como tendrías que disfrutar”, explica. “Pero esto sí que es algo que yo me pongo como objetivo, el poder disfrutar de estos momentos únicos, ¡es que pasan volando! Son efímeros, pero durante el día hay tantas cosas que a veces cuesta. La situación ideal hubiese sido llegar a París un día antes, dormir allí, desayunar una baguette o un croissant… Pero no. Pero esto no quiere decir que no me quede un gran recuerdo de ese día”.

Aitana Bonmatí, con sus dos Balones de Oro / DANI BARBEITO
La misma de siempre
Aitana ganó un Balón de Oro hace un año, ahora otro. Tiene carteles publicitarios por todo Barcelona con su cara y su nombre, unas zapatillas de Adidas -“que me están tratando genial, estoy muy contenta”- personalizadas. Pero, de nuevo, absoluta normalidad.
“Ribes me ayuda a ser la misma persona de siempre. Mi gente, mi entorno. A veces hablo con mi amiga Maria y le digo: ‘Es que es muy fuerte todo lo que me ha pasado. Ahora tengo zapatos personalizados, tengo lo que quiero, y antes tenía que comprármelo yo’. Y claro que lo valoro muchísimo”.
Pero es dueña de su vida y de su carrera. “Como todos, tengo días malos en los que no quiero encontrarme a nadie, pero toca poner buena cara y esto a veces cuesta de gestionar”, confiesa Aitana. “Tengo mucha gente que me ayuda, pero soy suficientemente responsable y tengo la personalidad como para saber cómo quiero ser o cómo quiero actuar”. Y siempre, con el objetivo de mejorar. Ahora tiene entre ceja y ceja mejorar su chut desde fuera del área. Por eso es y sigue siendo la mejor
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