El premio que tendrá De Jong

Tres cambios de entrenador; la dimisión de Josep Maria Bartomeu; una profunda crisis deportiva y económica gestada desde la mala gestión y agravada por la pandemia; el doloroso adiós de Leo Messi; solo un título, la Copa del Rey 2020/21, en sus primeros tres primeros años en el Spotify Camp Nou. Poco se podía imaginar Frenkie de Jong (26 años), cuando firmó con el FC Barcelona en 2019 y lo apostó todo al azulgrana cuando tenía mil pretendientes interesados en su fichaje, que viviría los años más difíciles de la historia reciente del club culé.

Ninguno de los obstáculos mencionados frenó al centrocampista neerlandés, empeñado en cumplir su sueño y triunfar en el Barça. El pasado verano, una suculenta oferta del Manchester United –tanto a él como al Barça– estuvo a punto de poner punto final a su etapa barcelonista. En ningún momento, sin embargo, se planteó su salida. Después de tres cursos complicados, intuía que la llegada de Xavi Hernández al banquillo no solo había instalado la tranquilidad en el equipo catalán.

También adivinaba que el regreso de la competitividad era inminente y que eso le permitiría lucir su mejor versión. No dio ninguna opción a abandonar un barco que, tras varias campañas de travesía por el desierto, se disponía a poner velocidad de crucero e impulsar el resurgimiento del Barça en territorio estatal. El inicio de temporada no fue fácil para Frenkie (solo fue titular en una de las cuatro primeras jornadas de Liga y en dos de los cuatro encuentros iniciales de la fase de grupos de la Champions), pero su confianza en sí mismo e incuestionable calidad le permitieron revertir la situación rápidamente y consolidarse como una pieza fundamental en el esquema de Xavi.

De posible 'palanca' a intransferible

Todas las crónicas del baño de masas de los jugadores y jugadoras del Barça en la histórica rúa de este lunes coincidieron en destacar a De Jong como uno de los futbolistas blaugranas que festejaron con más vehemencia el título de Liga. No es para menos. El neerlandés ha tenido que luchar y sufrir mucho hasta poder ganar por primera vez el torneo de la regularidad. En el fútbol, como en la vida, los logros que más se resisten son los que más satisfacción producen. Y Frenkie, como el Barça, ha tenido que superar una gran cantidad de trabas para llegar al trono.

Sin ninguna duda, la temporada del doblete de Liga y Supercopa de España –un 'aperitivo' que anticipó la resurrección culé– será recordada, entre otras cuestiones, por el tan esperado y deseado paso adelante definitivo de De Jong. La insistencia del neerlandés ha tenido el mejor premio posible. Para él, claro está, y para un Barça que necesitará nuevos liderazgos en la medular cuando se concluya el curso y Sergio Busquets finalice su legendaria carrera en el Camp Nou.

Frenkie, que estuvo a punto de ser una 'palanca' el verano pasado, se ha ganado el derecho de ser considerado intransferible del mismo modo que compañeros suyos como Marc-André ter Stegen, Robert Lewandowski, Pedri, Ronald Araujo, Gavi o Alejandro Balde. La dirección deportiva y el cuerpo técnico, por fin, confían ciegamente en un De Jong que, poco a poco, va cumpliendo las enormes expectativas que se generaron con su llegada en 2019.