Franquesa, mil batallas rompiendo la burbuja del Barça

Enric Franquesa se ha convertido en un ejemplo para muchos jugadores formados en el fútbol base del Barça. El actual lateral del Levante, rival del domingo del club blaugrana, aprovechó al máximo sus años de formación en La Masia y, cuando vio que su progresión corría el riesgo de estancarse en el Barça B, se la jugó con una doble cesión al Sabadell y Gavà en una misma campaña con 19 años. La jugada le salió tan bien hasta el punto que ha cumplido su sueño de jugar en Primera División.

Franquesa podía haber continuado en la zona de confort del Barça B, pero él se veía capacitado para ser futbolista de élite. De ser un fino extremo zurdo en La Masia, tuvo que arremangarse para aprender el oficio de carrilero y ahora ha disputado 16 partido en Primera División, más otros 2 de la Copa del Rey, como lateral izquierdo.

La misión que tiene ahora entre manos es ayudar a salvar al Levante. La permanencia aún está difícil, pero el equipo dio un primer paso ganando al Villarreal y cediendo el farolillo rojo al Alavés con Franquesa en el equipo titular.

Para Enric, esta batalla es una de las muchas que ha tenido que lidiar en su carrera. De Sabadell se marchó al Gavà en el mercado de invierno para jugar y lograr mantener la categoría. Fue fichado por el Villarreal B, jugando dos 'play-off' de ascenso, y en el Mirandés hizo historia en la Copa, llegando a las semifinales del torneo. Su camino continuó en Girona, quedándose a un paso del ascenso con la derrota en la eliminatoria clave frente al Rayo Vallecano.

Franquesa jugó en Anduva y Montilivi cedido por el Villarreal, que este verano lo traspasó al Levante, con opción de recompra. A sus 25 años por fin obtuvo la recompensa de llegar a Primera División. Su trayectoria demostró que anclarse en el Barça a veces no es la mejor opción para triunfar en el fútbol.

Otear y crecer en otros destinos pueden ser la vía para convertirse en jugador de Primera División, el objetivo real y más factible para los jóvenes que crecen el fúbol base culé. En el primer equipo se consolidan los mínimos y alcanzar el fútbol profesional ya debe considerarse como un éxito.