Historia SPORT

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Franch: el triunfo del esfuerzo

Jugó y brilló en todas las categorías hasta llegar a Primera División con el FC Barcelona

Defendió los colores barcelonistas entre 1968 y 1971

La culminación de la carrera deportiva de Josep Franch: llegar en el verano de 1968 a lucir la camiseta del Barça, que defendió hasta junio de 1971

La culminación de la carrera deportiva de Josep Franch: llegar en el verano de 1968 a lucir la camiseta del Barça, que defendió hasta junio de 1971 / Antoni Campañá

David Salinas

David Salinas

Las futuras generaciones barcelonistas deberían reflejarse en la figura de Josep Franch, lateral derecho del primer equipo entre 1968 y 1971 que destacó por su trabajo, compromiso, humildad y humanidad. Valores que abanderó después como directivo del área económica de la Agrupació de Jugadors del FC Barcelona y la Fundació. Hoy, a los 77 años, vive entre Barcelona y Banyoles, tranquilo y orgulloso de las evoluciones de sus nietos Ferran (Ferri) y Marc, ambos en el fútbol formativo del CE Europa, y de sus nietas Abril y Carla, que practican remo y piragüismo, respectivamente.

Josep Franch Xargay nació el primer día de agosto de 1943 en Santa Cristina d’Aro (Girona) y empezó jugando al fútbol en el colegio. Se dio a conocer en la Peña Las Águilas de Banyoles como extremo por ambas bandas, aunque preferiblemente la derecha. Su padre también había practicado este deporte por afición y su hermano mayor, Joan, delantero centro con pasado azulgrana, destacó en las filas del Girona, en las que llegaron a coincidir. Franch quemó las primeras etapas en el Banyoles: juvenil, aficionado y primer equipo, con el que jugó en Regional. De ahí, en 1961, pasó al Figueres de José Fajol, con el que actuó hasta 1963 en Tercera División.

De extremo a lateral

 Desde la temporada 1963-64 hasta diciembre de 1965 defendió la camiseta del Girona, también en Tercera. Fue en el equipo rojiblanco cuando pasó de extremo a lateral para no abandonar esta demarcación. En un desplazamiento a Manresa el técnico, Lluís Pujolrás, se quedó sin carrilero por esa banda y lo eligió por su perfil ofensivo e inercia a subir al ataque. Gracias a su buen papel en aquel Girona se le abrieron las puertas de Segunda de la mano del Badalona, con el que jugó desde diciembre de 1965 hasta la temporada 1967-68, siempre bajo las órdenes de Antoni Argilés, mito del RCD Espanyol y del que aprendió y perfeccionó conceptos.

En el equipo costeño siguió en línea ascendente y los grandes lanzaron sus garras hacia Franch, regular, disciplinado, con amor propio y, por encima de todo, jugador de equipo. El Barça se hizo con sus servicios, pero, caso de no llegar a un acuerdo, tenía un billete de avión para volar a Madrid y negociar con el club blanco al día siguiente. Con el equipo azulgrana jugó tres temporadas, hasta la campaña 1970-71. Su mejor y peor momento fue la final de la Recopa de Basilea, el 21 de mayo de 1969, contra el Slovan de Bratislava. Franch experimentó la felicidad de ser protagonista en una gran cita y, al mismo tiempo, la cara más amarga del fútbol por tener que dejar el campo en el minuto 14, después de una dura entrada de Jan Capkovic, que le rompió una costilla. Le dolió más la derrota (2-3) que la lesión y la posterior retirada de la venda adhesiva que le aplicó Àngel Mur (padre).

Etapa azulgrana

En el FC Barcelona gozó de la confianza de Salvador Artigas y Josep Seguer, pero no del inglés Vic Buckingham, que nunca contó con él y le hizo pasar por momentos desagradables. Vestirse de azulgrana fue el sueño de su vida y, a nivel individual, un orgullo porque Franch llegó a la cima (Primera División) después de despuntar en todas las categorías: peñas (infantil), juvenil, aficionados, Regional, Tercera y Segunda. En cada etapa, a base de trabajo y dedicación, se fijaron en él y ello le permitió ir alcanzado los objetivos. Decían que era de aquellos jugadores que no se cansaban nunca. Y así fue. No se agotó ni de correr ni de progresar.

Finalizado su contrato con el Barça fichó por el Sabadell, aunque estuvo a un paso de firmar por el Celta, pero en Catalunya tenía negocios, la familia... En la Nova Creu Alta jugó cuatro temporadas, desde la 1971-72 a la 1974-75. La del debut en Primera y las tres últimas en Segunda. Allí coincidió con los otros ex del Barça como él, caso de Zaldúa, Montesinos, Palau, Vidal, Romero y Marañón. Fue titular con todos los técnicos que tuvo: Pasieguito, Orizaola, Jaurrieta, Otto Bumbel, Arnal y Biosca.

Franch no fue de esos zagueros que marcaban la línea, ni de los que decían que pasaba el balón o el jugador, pero no los dos… Su fútbol fue moderno, basado en la anticipación e intuición, velocidad y verticalidad. Recuerda, además, que nunca intimaba con los rivales porque si alguno le pedía perdón tras una entrada o le echaba una mano para ayudarlo a levantarse, entonces ya no los veía como adversarios y no rendía como se esperaba de él.

Tras colgar las botas, con casi 32 años, Franch siguió jugando con el equipo de la Agrupació, pero entró de lleno en el mundo de los negocios, concretamente en el sector de la construcción y la hostelería. Allí actuó nuevamente con inteligencia, como cuando vestía de corto, y siempre con la vista fijada en nuevos retos. Hoy, jubilado, sigue muy de cerca al Barça y, claro, las evoluciones de sus nietos y nietas en el mundo del deporte.