Repasa sus 18 años en el cargo en la revista 'Panenka'

Fernando Roig: "El dinero público no está para jugar al fútbol"

El presidente del Villarreal, próximo rival del Barça, explica su método al frente del club amarillo

Roig, en el estadio de El Madrigal

Roig, en el estadio de El Madrigal / sport

Javier Giraldo

Fernando Roig, presidente del Villarreal desde 1997, ha sido el gran artífice de la transformación del club amarillo, de un humilde equipo de pueblo a una referencia internacional. En una entrevista concedida a la revista ‘Panenka’, Roig desvela que ha aportado 170 millones de euros de su bolsillo al club y se muestra contrario a que los clubes sigan recibiendo subvenciones o ayudas públicas.

“La inversión realizada está en torno a los 170 millones de euros: el valor del club es mucho mayor hoy en día”, explica Roig, que no tiene complejos a la hora de admitir que “en su momento, estiramos más el brazo que la manga pensando que íbamos a lograr un contrato de televisión mucho mejor del que conseguimos, no se pudo hacer porque no hubo acuerdo entre los equipos de la zona noble, del tercer al octavo puesto”.

Fue entonces, en 2008, cuando el Villarreal, próximo rival del Barça en la Copa del Rey, “alcanzó su techo económico” y tuvo que asumir un importante reajuste de su presupuesto. “Crecimos mucho, llegamos a tener un presupuesto demasiado alto, nos pasamos de rosca. Eso nos llevó a un desequilibrio económico que hubo que equilibrar a base de invertir, es decir, de poner dinero. Y ahora nos movemos en los 50 millones: gastamos lo que ingresamos y estamos donde queremos”. Fue la estrategia que empleó en Pamesa, la empresa que también dirige: “en 2007, visualizamos una crisis fuerte y por lo tanto, la necesidad de una reestructuración. Despúes volvimos a crecer y creamos empleo”.

Con el lema de “practicar un buen fútbol, invertir en la cantera y no deber nada a nadie”, Roig ha contribuido a construir un equipo de referencia que superó el descenso de hace tres temporadas con una solvencia asombrosa. “Tuvimos el accidente del descenso pero lo aprovechamos para volver como un club equilibrado y sostenible por sí mismo. Hoy el Villareal es un club saneado”.

Además, Roig explica que diez años antes de llegar al Villarreal intentó entrar en el grupo de propietarios del Castellón (“participaba en un grupo, hubo unas elecciones y ganó otro grupo, aquello terminó ahí”) y defiende que el dinero público no tiene que destinarse a salvar clubes de fútbol. “Quien quiera un equipo que se lo pague o que se baje el nivel. Hoy en día, el dinero público no está para jugar al fútbol. Nosotros comprendimos que, dado el contexto, había otras prioridades sociales y renunciamos a las subvenciones”.

Sin miedo a opinar sobre asuntos políticos (“los políticos tienen que trabajar por el bien del pueblo, deben mirarse menos el ombligo, trabajar más y adelgazar sus gastos”), Roig también explica que mantiene una buena relación de amistad con el ex presidente de la Diputación de Castellón, el condenado Carlos Fabra. “Durante un tiempo hizo mucho por Castellón. Fue un buen político, pero como se suele decir, cuando tienes higos, tienes amigos; y cuando se te acaban lo higos, se te acaban los amigos”.

Roig, además, defiende la necesidad de que Castellón tenga su propio aeropuerto. “Ha sido la chufla de mucha gente pero es una infraestructura básica para el futuro de esta provincia”.

Sobre la marcha de Riquelme, que dejó el Villarreal poco después de fallar el penalti que hubiera acercado al equipo a la final de la Champions de 2006, Roig recuerda que “el bien común está por encima del presidente y los caprichos de alguien nunca pueden ser más importantes que el club”.