Fenómeno Riqui Puig

Denis Suárez marcó el cuarto del Barça con una brillante asistencia de Riqui Puig

Denis Suárez marcó el cuarto del Barça con una brillante asistencia de Riqui Puig / LALIGA

German Bona

German Bona

La majestuosidad del Camp Nou no intimida a Riqui Puig. Todo lo contrario, le motiva, es el escenario de sus sueños, al que ya acudía con tres añitos y se imaginaba algún día siendo actor protagonista en la alfombra verde. El día llegó. Ante la Cultural Leonesa, jugó sus primeros minutos en partido oficial con el FC Barcelona y poco más de media hora fue suficiente para evidenciar que Riqui es un jugador especial, de aquellos que enganchan desde el primer momento y destilan la esencia del ADN azulgrana por los cuatro costados. Ya en la gira americana y en el Trofeu Joan Gamper, su primer contacto con el coliseo azulgrana, la percepción de estar delante de un fenómeno futbolístico se empezó a gestar. 

Riqui Puig tiene que dar muchas tardes de gloria a todos los aficionados del Barça y del fútbol en general, porque su juego es universal, pero el camino a recorrer es largo. De hecho, para el centrocampista es más fácil brillar bajo los focos del Camp Nou que por los desamparados campos de la Segunda División B. Y es ahí donde está su verdadero aprendizaje, el examen que le toca pasar cada semana como peaje irremediable hacia la gloria. No es nada nuevo, Messi también lo pasó peor con el filial que con el primer equipo. Los buenos tienen que estar con los buenos.

La realidad es que Riqui Puig ni siquiera es todavía un indiscutible en el conjunto entrenado por García Pimienta, titular en 10 de loss 15 partidos jugados. Su físico, a pesar del concienzudo trabajo para ganar musculatura, es diana fácil para aquellos que desde el principio de la temporada fueron a su caza con la permisividad arbitral. Patadas que hacen sufrir a la grada, pero que curten a un futbolista que las recibe con naturalidad, como parte del juego, y que le sirven para aprender a soltar más rápido el balón.

con los pies en el suelo

Todas estas situaciones van configurando la personalidad de un futbolista que trae la calidad de serie y cuenta con una visión de juego privilegiada. Messi se dio cuenta rápido a la que Riqui empezó a acudir a algún entrenamiento con el primer equipo la temporada pasada. Lo quería a su lado y, claro, el chaval feliz por tener delante a su ídolo y encima, que le diera 'bola'. No fue al único que asombró. Luis Suárez, Iniesta, del que tiene muchas cosas, también se quedaron prendados de su fútbol. Su pase a Denis Suárez el miécoles concentró en apenas un instante la facilidad que tiene para romper líneas rivales con una asistencia genial que otros no conseguirán dar por mucho que lo intenten.

Nadie en el club, tampoco un Ernesto Valverde que mide mucho los tiempos, tiene la menor duda de que están delante de la gran joya de la cantera azulgrana. La tienen que pulir en lo futbolístico, pues afortunadamente en el aspecto humano no hay nada de lo que preocuparse. Ya cuando llegó al Cadete B azulgrana procedente de la inagotable cantera del Jàbac de Terrassa sorprendió dentro pero también fuera del campo por su humildad, su eterna sonrisa aun cuando las cosas se tuercen y una cabeza muy bien amueblada. Su padre, Carlos, jugó muchos años en el Terrassa y es el sentido común hecho persona. Es el primero que sabe que Riqui debe quemar las etapas sin prisas y que como en el Barça, en ningún lado. De ahí que nadie en su entorno se dejara llevar por las propuestas de grandes europeos con ganas de 'pescar' en Can Barça y este verano renovara, con más rapidez y facilidades que en otros casos, por el club de su vida.

Riqui Puig lo tiene todo para marcar una época en el Barça. A sus 19 años, no es que la Segunda B se le haya quedado pequeña, es que no es su hábitat. Es un mal necesario ir a según qué campos a exponer su integridad, porque nunca se esconde ni se queja. Mientras, que siga aprovechando las oportunidades con el primer equipo. Es ahí donde triunfará.