Crear más para marcar más

En dos partidos con Xavi en el banquillo el Barcelona apenas ha podido marcar un gol, contra el Espanyol, y de penalti

Sin Messi, sin un 'killer' y sin dinero para fichar el equipo sufre para ganar los partidos: ¿hay solución?

Memphis Depay marcó el primer gol de la 'era Xavi'

Xavi Torres

Xavi Torres

Lo más difícil en el mundo del fútbol es marcar un gol. Por eso los buenos delanteros valen tanto dinero y por eso los Balones de Oro suelen ir a parar a sus vitrinas. Lo segundo más difícil es crear ocasiones de gol. Por eso los equipos humildes, los que no tienen dinero para fichar goleadores, sufren para cumplir los objetivos.

Y aquí está el Barça, en este nuevo escenario de supervivencia, sin los Messi, Suárez, Neymar, Eto'o, Rivaldo, Ronaldo, Stoichkov... que hacían el trabajo del equipo un poco más fácil. El nuevo Barcelona, que no tiene estrellas goleadoras, apenas ha marcado 20 goles en la Liga y ¡dos! en la Champions.

Ocasiones falsas

Nos centramos en la era Xavi para no irnos más allá aunque estos lodos proceden de aquellas lluvias. El paraguas de Messi ha tapado tantas tormentas que cuando se rompió se descubrieron las miserias. El Barcelona lo dejó todo en manos del argentino olvidándose de trabajar aquello que lo hizo diferencial durante tanto tiempo. Toca volver a empezar.

Ante el Espanyol, en el debut del técnico de Terrassa, las estadísticas hablan de 16 chuts contra Diego López y ante el Benfica, de 14 contra la portería de Vlachodimos. Solo números porque la realidad es que en el derbi el Barça creó seis ocasiones de gol y en la Champions, ocho. No todos los chuts son ocasiones manifiestas e incluso hay acciones sin remate que llevan peligro de gol.

Por tanto, el Barcelona de Xavi ha anotado un gol en las 14 ocasiones (de verdad) que ha sido capaz de crear en 180 minutos. Un 7'1%. ¿Se puede mejorar la efectividad? Por supuesto que habrá fases de la temporada en que los jugadores tendrán más acierto pero, siendo realistas, no hay que esperar milagros. El perfil de los jugadores del Barça, excepto el de Ansu, no responde al de los grandes anotadores. Miren sus números históricos de goles y lo entenderán rápido.

Trabajar para generar

Por tanto, sin talento individual habrá que refugiarse en el trabajo coral. Y para esto está el método que, por supuesto, da respuestas a este grave problema. Hablábamos el lunes en estas mismas páginas de SPORT del sistema de ataque a partir de la posición de los extremos. Para Xavi es tan fundamental que ya ha utilizado a ocho -Abde, Alba, Coutinho, Dembélé, Demir, Dest, Gavi e Ilias- en apenas dos partidos, tratando de adaptarse a las circunstancias -lesiones, sanciones y no inscripciones- para ser fiel a su idea.

El barcelonismo empieza a reconocer a su equipo aunque lo exhibido es todavía un puro espejismo de lo que pretende su entrenador. Xavi, con el disfraz de profesor puesto, insiste en cada detalle. Veamos, por ejemplo, lo que sucede en el ataque en estático que tantas veces se va a encontrar el equipo.

Los extremos deben estar bien colocados -tan abiertos y profundos como sea posible- para recibir inmediatamente tras la recuperación del balón e iniciar la jugada o permitir que un compañero reciba el balón aprovechando los pasillos interiores que ha creado su posicionamiento. En este sentido es fundamental recibir y no perder el balón para permitir la salida en bloque del equipo. Alerta Memphis: 14 pérdidas en los dos partidos; Yusuf, siete, ante el Benfica y Dembélé, ante los portugueses, tres en media hora. El Barcelona necesita más responsabilidad individual para dejar de sufrir en las transiciones defensivas.

A continuación hay que generar superioridades. Si el balón va a la banda, por ejemplo, a través del regate. Ante el Benfica, Demir lo intentó -dos buenos y cuatro, malos, con dos ocasiones de gol, un palo incluido- y Dembélé creó pánico -en media hora, velocidad, dribling y dos buenas ocasiones de gol-. El Barça no va sobrado de regate así que deberá buscar otras opciones, como la aportación del falso 9 para encontrar al tercer hombre -ya hemos explicado que hay que revisar el juego de Memphis y ayudarle en su crecimiento ante mensajes absolutamente nuevos para él- y la llegada de los interiores.

En este sentido, a De Jong le sucede lo mismo que a Memphis: si juega de interior, sufre con el juego de posición y si el equipo juega con tres atrás, queda retenido por la responsabilidad del doble medio centro, y a él le gusta correr. Tiempo para la pedagogía de Xavi. Respecto a Nico y Gavi, nada nuevo. Su formación les lleva a destacar aunque pronto habrá que reclamarles goles y asistencias, ya que los interiores de Xavi -más cercanos al área- deben aportar dianas. A ellos dos, y a todos: entre Frenkie, Gavi, Nico, Pedri y Riqui, cero goles en toda la temporada.

Sobre la misión del extremo del lado opuesto y sus entradas en diagonal para el remate, tiempo al tiempo. Pero atención máxima a la presión post pérdida porque, por ejemplo ante el Benfica, tres de las nueve ocasiones llegaron a partir de recuperaciones de Araujo -minuto 13, con ocasión del propio defensa uruguayo-, de Piqué -28', con oportunidad de Alba- y de Sergio -91', con opción de Dembélé-. Ya con Guardiola en el banquillo el Barça creó más peligro tras la presión que a partir del ataque estático.

Problemas de lectura

Sin talento rematador, el Barça necesita generar mucho más juego para crear oportunidades. Y después, a partir de la cantidad, que se aproveche algo. Pero para crear más opciones hace falta una mejor lectura del juego bajo la misma mirada futbolística y, a partir de esto, más coordinación entre los movimientos. En dos partidos, el Barça ha incurrido ¡quince veces! en fuera de juego lo que supone echar por la borda quince ataques.

Si se trata de jugar en campo contrario y de atacar (pero también para defender), el equipo debe sacar rendimiento de su esfuerzo. Xavi quiere jugadores inteligentes que sepan las razones por las que hacen las cosas y, también, el como y el cuando. Por eso cada entreno es oro. Hay que crear más para marcar más goles. No hay otra salida. El barcelonismo espera que el tiempo confirme los esperanzadores brotes verdes apuntados en los dos últimos partidos.