Cree que llega el momento de seguir creciendo

Eusebio busca equipo para la próxima temporada

Solo si no encontrara un destino apetecible y el club decidiera seguir contando con él podría llegar a plantearse su continuidad

Ivan San Antonio

Dos temporadas después de llegar al Barça B, Eusebio Sacristán está satisfecho con el trabajo que ha realizado en el filial blaugrana. Llegó para sustituir a Luis Enrique y, pese a que el asturiano dejó el listón muy alto, el de La Seca, aunque de forma más irregular, ha hecho competir al equipo a buen nivel.

Pero Eusebio considera que ha llegado el momento de seguir creciendo como entrenador, que dos temporadas en un conjunto como el Barcelona B son suficientes y que ha llegado el momento de probar fortuna lejos del Mini Estadi. Su intención es entrenar en Primera División, en la Liga o en el extranjero. Una de las razones que le han llevado a tomar esta decisión es que, de momento, el Barça no le ha comunicado sus intenciones respecto a él. Ni si quieren que continúe entrenando al filial ni todo lo contrario. De hecho, si hubiera llegado la oferta del club para renovar se estaría planteando en dos direcciones su futuro. De momento, solo puede hacerlo en uno. El caso de Eusebio Sacristán, sin embargo, no es el único en el club blaugrana.

El desconcierto en el fútbol base es total. La mayoría de jugadores no saben qué intenciones tiene el club con ellos. Pero es que es imposible saberlo porque no el Barça B, la próxima temporada, no tiene entrenador. Y eso puede ser extensible a las categorías inferiores. De hecho, solo Jordi Vinyals tiene un año más de contrato al frente del juvenil A. Ni siquiera Guillermo Amor y Albert Puig, máximos responsables del fútbol formativo, saben qué quiere el club de ellos. Acaban su relación contractual de tres temporadas que firmaron a la llegada a la presidencia de Sandro Rosell. El desgobierno también asciende: ni Albert Valentin ni Narcís Julià saben nada. Además de ellos, técnicos y muchos de los jugadores que entrenan. La dirección deportiva tiene mucho trabajo qué hacer y poco tiempo para hacerlo. Todos los implicados acaban contrato el próximo 30 de junio. Más allá de los nombres y las personas, lo preocupante es que ni los que mandan parecen saber qué hacer.