La 'eterna' transitoriedad del Barça

Bartomeu explica su dimisión como presidente del Barcelona

Bartomeu explica su dimisión como presidente del Barcelona / Perform

David Salinas

David Salinas

No es una situación nueva, ni mucho menos. A lo largo de sus casi 121 años de historia, el Barça ya había experimentado más de veinte veces y por causas de lo más diversas, esta transitoriedad capitaneada por personas, la mayoría de ellas –no todas– sin intención alguna de ostentar el más elevado cargo de la entidad. En total, si sumamos todos los periodos, resulta que el club ha estado casi ocho años y medio en la actual situación de provisionalidad. Es decir, un siete por ciento de su historia.

La primera situación tensa que se vivió aconteció en 1914, cuando el entonces presidente, el aristócratay político catalán Francesc de Moxó, dimitió de forma irrevocable al no poder atender los destinos del Barça como, según él, merecía el club. Entre otras cosas porque era el presidente de la FCF y el RCTB. Asumió entonces la presidencia el polémico militar Joaquín Peris de Vargas, vicepresidente y encargado de la comisión deportiva, y con aires de grandeza. En una asamblea llegó a decir que “el club soy yo”.

El hecho se repitió poco después con el siguiente presidente –entonces éstos eran elegidos en la asamblea anual–, cuando dimitió Àlvar Presta, eminente médico otorrinolaringólogo, que se fue alegando “altas razones” personales y profesionales. Peris de Vargas fue, de nuevo, presidente accidental. Peris era la excepción que apuntábamos al principio, pero no pudo lograr nunca su anhelo de ser primer mandatario ‘de verdad’ por más que se postuló varias veces. En 1917 le derrotó por un aplastante 331-12 nada menos que Joan Gamper… con quien mantuvo siempre una relación de curiosa y oscilante amistad.

Los hechos de 1925

El siguiente episodio se vivió con el ‘ascenso’ de Joan Coma al máximo cargo, provocado por la dimisión de Joan Gamper a raíz de los hechos acaecidos el 14 de junio de 1925 en el partido entre el Barça y el Júpiter, en el que el público abucheó el himno español y aplaudió el del Reino Unido. Las autoridades, además de prohibir los partidos del Barça, decretaron el cese de cualquier actividad del club, que quedó paralizado. El paso atrás del fundador, que fue ‘invitado’ incluso a abandonar Catalunya, dejó a Coma, empresario barcelonés, 160 días al frente de la entidad.

En 1936 se vivió la situación más dramática. En agosto de este año, el carismático presidente Josep Suñol, abogado, empresario, periodista y político, fue fusilado en la Sierra de Guadarrama por el ejército franquista cuando se dirigía a Madrid. La guerra civil había comenzado semanas antes y en medio de aquella situación de caos y con amenazas de incautación del club por parte de la FAI, tomó las riendas de la entidad un Comité de Empleados, encabezado por Rossend Calvet. Un año después, un miembro de este Comité,el directivo hospitalario y político Francesc Xavier Casals fue nombrado ‘presidente interino’. Se quiso, de esta manera, respetar la figura de Suñol, al que se calificaba como ‘presidente ausente’.

Con la entrada de las tropas franquistas en Barcelona, Casals fue destituido. Las nuevas autoridades situaron en la presidencia de una Comisión Gestora al doctor Joan Soler Julià, hombre entregado siempre al club y al que no se ha hecho justicia… quizá por este nombramiento. Su etapa terminó cuando la Delegación Nacional de Deportes impuso al militar afín al nuevo régimen, Enrique Piñeyro, marqués de la Mesa de Asta, que asumió el cargo como “un servicio a la causa del engrandecimiento de España”.

La gestión diaria, de todas formas, recayó en Josep Vidal-Ribas, empresario, que fue quien ocupó la presidencia de forma interina cuando el aristócrata, tras conseguir el Barça la Copa del Generalísimo y haber salvado la promoción, dimitió por considerar que ya había cumplido con su misión. Si bien, en un principio la FCF aceptó el cese de Piñeyro, al cabo de poco más de un mes, este organismo le comunicó que las autoridades estatales no lo aceptaban y se reintegró al cargo. Un año más tarde dimitiría irrevocablemente tras el ignominioso 11-1 de Chamartín.

Dimisiones

Una década después, Francisco Giménez-Salinas, presidente de la FCF, y reconocido españolista, ocupó la presidencia del club decano al encabezar la Comisión Gestora que se hizo cargo del club después de la dimisión de Enric Martí Carreto a raíz del caso Di Stéfano y, en 1961 Antoni Julià de Capmany hizo lo propio cuando Francesc Miró-Sans, empresario textil, también dijo adiós. La Comisión Gestora presidida por Julià de Capmany fue la que traspasó a Luis Suárez al Inter de Milán por 25 millones de pesetas, una operación que había acordado previamente el anterior presidente. Y bajo su mando se vivió, además, la triste final de Berna contra el Benfica (3-2)

A finales de 1977 llegó a la presidencia Raimon Carrasco, empresario y activista cultural, después de que Agustí Montal acabara su etapa de dos mandatos. Organizó las primeras elecciones con sufragio universal (tras las insólitas de 1953), que ganó el empresario inmobiliario Josep Lluís Núñez, quien lideró la entidad entre 1978 y 2000. Y en las cinco ocasiones en las que hubo convocatoria electoral durante su mandato fue el vicepresidente Nicolau Casaus quien ocupó la presidencia accidental.

Enric Reyna llegó a la presidencia después de la dimisión de Joan Gaspart, dejando el cargo tres meses más tarde en manos de una Comisión Gestora, presidida por Joan Trayter, que debía encargarse de convocar unas nuevas elecciones, que ganó Joan Laporta. El veterano economista y profesor era el presidente de la Comissió Econòmica, cargo que implica, según los actuales estatutos, liderar las gestoras. Así lo hizo, Xavier Sala i Martín en el intervalo entre los dos mandatos de Laporta. De todos modos, al concluir el segundo y como ya no podía presentarse a la reelección, no hubo Comisión Gestora sino una Junta Provisional, con el propio Jan al frente, que dirigió los destinos del club hasta dar el relevo a Sandro Rosell.

Últimos movimientos La dimisión de Rosell por el caso Neymar en 2014 impulsó al vicepresidente Josep Maria Bartomeu a la presidencia. Convocó elecciones en 2015, que ganó. El economista, abogado y catedrático Ramon Adell encabezó la Comisión Gestora entre la dimisión y la elección de Bartomeu, que volvió a dimitir en octubre de 2020 por la imposibilidad de poder llevar a cabo el Voto de Censura presentado contra él y su Junta por culpa de la pandemia del Covid-19. Y Carles Tusquets, doctor en ciencias económicas y banquero, asumió la presidencia de la Comisión Gestora, con la misión de convocar elecciones en la mayor brevedad posible.