LIGA BBVA 2015/2016: GRANADA - FC BARCELONA

González: "Estoy cansado de que me recuerden el penalti de Djukic"

El exportero del Valencia rememora para SPORT un fecha clave que le perseguirá toda la vida. Aquel sábado 14 de mayo de 1994 que estuvo en la portería de Riazor

González, en el momento de parar el penalti Djukic

González, en el momento de parar el penalti Djukic

DÍDAC PEYRET

José Luis González Vázquez, conocido como González en el mundo del fútbol, tiene ahora 51 años y forma parte del cuerpo técnico habitual de Esteban Vigo. También defendió la portería del Valladolid y se formó en las inferiores de la Real pero, para la mayoría, González es el portero que le paró el penalti a Djukic.

El mismo que alzó el puño cuando interceptó el balón y provocó una ciclotimia monumental en el fútbol español. Pena máxima en Riazor. Estruendo y euforia en un Camp Nou lleno de transistores.

Han pasado 22 años y González no disimula la pereza que le sugiere esa fecha. Es el mismo tipo de hartazgo que exhiben las bandas de rock de un solo éxito cuando el público les pide que toquen La canción. "Todavía me recuerdan por la calle el penalti de Djukic. Estoy ya un poco cansado pero no me quita el sueño".

El malestar no debería sorprender a nadie porque, además su nombre también se asoció a toda la intrahistoria de esa última jornada. A el ruido de las primas. Al fantasma de los maletines.

A vueltas con las primas

Uno de los jugadores de ese Valencia, Fernando Giner, recordaría años más tarde la existencia de una prima (se habló de 300.000 euros a repartir). Lo hizo en una entrevista a El Confidencial donde detallaba una práctica -las primas a terceros- que, el año 1994 era ilegal.

González, sin embargo, no quiere meterse en territorio pantanoso ("cada uno tendrá su interpretación y su verdad") y pasa de puntillas por el tema. "Yo a eso no voy a entrar, lo que te voy a decir es que tú cuando entras en un campo lo que quieres es ganar. Si no sales con ese pensamiento entonces lo que haces es adulterar la competición. Yo simplemente me voy a lo que es la competición. Y luego el tema de las primas, yo ahí no me meto". Eso sí, reconoce que, "si viene un tercero que quiera dar una prima para ganar no lo veo mal, pero hay una Liga y unas normas que hay que respetar".

El exportero apenas recuerda detalles de una jugada que le pasó muy rápido por su cabeza. Dice que no habló con Djukic -ni antes ni después de la jugada- y que solo se aplicó en estar concentrado. Su celebración la explica a partir de una forma de ser "impulsiva". "Es que depende de cómo es cada persona, yo soy una persona impulsiva. De hecho, en la jornada anterior paré un penalti e hice un gesto muy parecido pero nadie se acuerda. Eso va en la persona y mi reacción fue esa".

"Te olvidas de lo externo -continúa- estás concentrado y lo demás te olvidas. No le dije nada a Djukic y nunca lo he hecho. No era ese tipo de portero. No me preocupé de si estaba nervioso o no lo estaba". González recuerda que fue una parada totalmente intuitiva, porque por aquel entonces ni siquiera tenían entrenador de porteros, así que no contó con una chuleta para conocer los precedentes de los lanzadores. 

"Normalmente era Donato pero no estaba en el campo, así que estaban o Bebeto o Djukic", rememora.  Curiosamente esa parada ni siquiera le valió para continuar en el Valencia en lo que él define como "una temporada muy rara". 

22 años más tarde prefiere pasar página a una de esas jugadas que ha dejado de pertenecerle para formar parte de algo mucho más grande. Una de esas páginas históricas de la Liga. 

"He tenido momentos mucho más felices, mejores y que he vivido con más ilusión. Simplemente fue una anécdota, una circunstancia muy difícil de repetir. Guardo otros momento muchos más bonitos en mi carrera".