Este Barça mastica tornillos

Falló el penalti pero no en el rechace: el gol con el que Messi iguala a Pelé

Toni Frieros

Toni Frieros

No fue posible el tercer triunfo consecutivo en Liga. El Barça ya ha dejado escapar siete puntos en el Camp Nou, algo difícil de digerir y entender.

Estaba convencido Ronald Koeman que a comienzos del nuevo año 2021 el Barça estaría entre los tres primeros de la Liga. Confiaba en los partidos que jugaba en casa (Levante, Real Sociedad, Valencia y Eibar) y en la supuesta inferioridad de los rivales en campo contrario (Cádiz y Huesca). Ya saben ustedes cómo ha ido la cosa hasta el momento. Dolorosa derrota en la capital gaditana, victoria por la mínina ante Levante y Real Sociedad y ayer, empate frente al Valencia. Eso, sin tener en cuenta la pésima imagen y el fútbol yermo que el equipo azulgrana ofreció contra la Juventus en Champions (0-3), donde el Barça perdió el liderato de su grupo. Total, un deprimente mes de diciembre.

Salvo el primer tiempo vivido en el Camp Nou con la Real Sociedad como rival, este Barça ni ha jugado bien al fútbol, ni nos ha hecho disfrutar ni ha sido capaz de encontrar lo que se le exige: regularidad.

Deprimidos

Si no fuera por esos brotes verdes llamados Pedri, Araujo o Mingueza, no tendríamos nada a lo que agarrarnos porque, por desgracia,la inmensa mayoría de los futbolistas que hoy visten la camiseta del Barça, o bien están por debajo de sus posibilidaes o, simplemente, no tienen  el nivel suficiente para ser titulares en esa casa. 

No hace mucho tiempo el Barça tenía a los mejores o algunos de los mejores futbolistas del mundo en cada posición. Y hoy, salvo honrosas excepciones (Ter Stegen o Messi), la mayoría de los rivales presentan jugadores que no tienen nada que envidiar a los del Barça. Para colmo, ni siquiera a Leo Messi, que sigue siendo el ángel salvador de las causas perdidas, le salen las cosas bien. Lleva más de cincuenta faltan directas seguidas sin ver puerta. Y hasta falla penaltis. 

Viendo, por ejemplo, al voluntarioso Braithwaite, trabajador como nadie, uno se pregunta si no hubiera sido mejor mantener a Luis Suárez, aunque ya se sabe que su salida fue para rebajar la masa salarial. Y qué decir de Dest. Vino para hacernos olvidar a Semedo y cada día juega peor. El Barça no tiene banda derecha porque el holandés/estadounidense juega más hacia atrás que hacia adelante. Y lo mismo sirve para Pjanic. Juega poco y no está demostrando que su cambio por Arthur estuviera justificado, como tampoco la salida de Rakitic.

El único consuelo o excusa podríamos encontrarla en las lesiones de Piqué, Ansu Fati, Dembélé y Sergi Roberto, si bien también es cierto que con ellos en el terreno de juego el Barça ya estaba firmando sus peores registros ligueros de los últimos treinta años.

Durísima travesía

Está siendo una dura travesía por el desierto, porque el socio y aficionado azulgrana observa cómo cada partido es una agonía, un sufrimiento, un ejercicio de ir masticando contínuamente tornillos. Es verdad que este Barça está diseñado para atacar y ser ofensivo (es el máximo goleador junto a la Real Sociedad), pero está claramente descompesado. Muere en la orilla atacando y sufre en defensa y cuando no tiene el balón. Demasiado vulnerable. 

Salta a la vista que Koeman, que tiene que manejar este marrón, no acaba de dar con la tecla. Ayer renunció al doble pivote de inicio y terminó el partido con defensa de tres, cambiando a Coutinho por Lenglet cuando el partido estaba empatado. Lo dicho, masticando tornillos.