El Espanyol puede bajar a los infiernos en su estadio maldito

La situación en la que llega el RCD Espanyol al Camp Nou es tan dramática que ni siquiera una victoria en la plaza más deseada podría aliviar los miles de males que sufre ahora mismo el equipo dirigido por Rufete. Sin esperanza, sin opciones reales, sin un patrón de juego y con demasiados encuentros por delante hasta que se acabe este infierno de temporada, la entidad perica se desangra por todos los lados. En otras circunstancias, la posibilidad de rascar algo en el campo del eterno rival y ya dejarlo sin ninguna posibilidad de levantar el título de Liga sería un estímulo tremendo, pero el panorama es terrible. 

UNA DÉCADA NEGRA

Setién avisó ayer en rueda de prensa de que un derbi es un derbi y que no hay que fiarse nunca por mucho que la clasificación sea tan devastadora como es la actual, pero es que las cifras no arrojan ni un pequeño rayo de luz para el cuadro blanquiazul. Ha perdido en sus últimas 10 visitas al Camp Nou, una tras otra. La última victoria perica en el feudo barcelonista data del 21 de febrero de 2009, cuando un famoso doblete de Iván de la Peña hacía saltar la banca en el coliseo azulgrana.

Desde entonces, se ha llevado el cuadro barcelonés varias goleadas de escándalo (dos 5-0, dos 4-0, un 5-1…) y ha sido incapaz de rascar absolutamente nada. Pero es que si nos remontamos más atrás, las cifras que seguimos extrayendo son aún más contundentes. En los últimos 40 años, el Espanyol tan solo ha sido capaz de ganar en dos ocasiones en el estadio del Barça, la mencionada de 2009 y en la campaña 1981/82.

A lo largo de estas décadas el balance es el siguiente: 33 victorias para el Barça, dos para el Espanyol y cuatro empates. Al final, no dejan de ser puras estadísticas, simples números, pero un indicativo importante de la hegemonía del cuadro culé a lo largo de la historia más reciente en su Camp Nou en el derbi.