Ha ganado masa muscular gracias a un plan de trabajo de gimnasio

El nuevo Messi es más ágil, más rápido y más fuerte

El cuerpo del argentino ha sufrido una evidente transformación en el último año gracias al duro entrenamiento, dieta estricta y trabajo de pesas

Javier Miguel

El Leo Messi de ahora es muy diferente al Leo Messi de hace dos años. A sus 21 años, el delantero argentino ha conseguido dar un salto cualitativo en su físico gracias a un intensivo trabajo en los entrenamientos, una dieta mucho más estricta y un trabajo controlado en el gimnasio. Las personas que siguen su evolución muy de cerca también destacan que Messi ha sufrido una transformación debido a que su cuerpo ha pasado de ser el de un risueño adolescente al de un hombre hecho y derecho. No hay que olvidar que hace dos años el delantero sólo tenía 19 añitos, por lo que aún habían aspectos que su metabolismo tenía que seguir madurando y acabando de formarse.

Lo que está claro es que Leo ha realizado un gran sacrificio, consciente que el fútbol actual es tan importante el talento como el físico. El crack argentino ha conseguido en apenas un año moldear su figura, ganar en musculatura con el fin de incrementar su potencia y trabajar los aspectos más frágiles de su cuerpo -isquiotibiales- con el fin de 'regatear' en la medida de lo posible futuras lesiones. Hasta el día de hoy el trabajo de prevención está teniendo un éxito notable, ya que el jugador aún no se ha lesionado ni ha tenido ningún percance importante en esta temporada.

Pero el trabajo de prevención sólo es la punta del iceberg del plan de trabajo que está realizando el crack desde la llegada de Pep Guardiola. Para empezar, uno de los cambios más drásticos que ha sufrido en su vida diaria es el control estricto de la dieta -ayudado no sólo por los consejos dietéticos de los especialistas del club sino también por su hermano Rodrigo, 'chef' profesional, que suele guiarle por el buen camino en los aspectos nutricionales-, así como también una tabla exhaustiva de trabajo con pesas supervisado por un preparador físico.

Todos estos aspectos, junto a muchos más que serían largos de enumerar, han servido para que Messi se haya convertido en mejor jugador de lo que ya era. Un crack en toda la extensión de la palabra: mucho más ágil, más potente, más rápido y más fuerte.

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