El ejemplo de Gavi

Aceptando por evidente su raza, lo mejor que tiene es ese talento para jugar la pelota que tanto gusta en Can Barça

Xavi Hernández busca en Gavi una excelencia que no llegará hasta que domine los pequeños detalles. Tiempo al tiempo

Xavi: "Gavi es una bestia competitiva"

Xavi: "Gavi es una bestia competitiva" / FCB

Xavi Torres

Xavi Torres

Tras el 4-0 ante Osasuna, Xavi habló de Gavi después de completar un gran partido como interior izquierdo, al lado de Sergio y Pedri. Para resumir, el entrenador del Barcelona dijo de él que “tiene 17 años y es una maravilla” pero también que “hay que enseñarle y darle apoyo para que mejore sus prestaciones”. En eso están...

La mayor aparición en Europa

En la temporada 2021-22 no hay en el continente una aparición tan impactante como la de ‘Gavi’ (Pablo Páez, Los Palacios -Sevilla-, 5 de agosto de 2004). Debutó en el Barça de Ronald Koeman con 17 años y 24 días y, 38 después, lo hizo en la selección española de Luis Enrique. Desde entonces, ha jugado 33 partidos de azulgrana y cuatro, de rojo. Titular aquí y, también, allí. Con 17 años. Inaudito.

Sin embargo, en el fútbol profesional tener esta edad también tiene sus desventajas ya que los períodos de crecimiento físico y formación futbolística todavía están lejos de finalizar. Tener la humildad para seguir creciendo entre profesionales de primera línea -entrenadores y compañeros- es fundamental para no estancarse. Es importante vivir en un entorno exigente y crítico que le ayude a no bajar la guardia, y por fortuna, Gavi lo tiene. Su representante, el exjugador Iván de la Peña -Barcelona, Lazio, Olympique de Marsella, Espanyol, selección española-, en su día también un niño prodigio del fútbol, aporta sentido común en todos los ámbitos.

Aparición engañosa

Gavi debutó en el primer equipo el pasado 29 de agosto, ante el Getafe. Desde entonces ha intervenido en el 60% de los minutos de la temporada jugando como interior, carrilero, falso ‘9’ y falso extremo. En todas las posiciones ha destacado por sus fundamentos técnicos y tácticos, aunque si usted pregunta sobre el futbolista en su entorno más cercano, quizás las respuestas que obtenga apunten antes a su despliegue físico y su fútbol rocoso que hacia su talento.

Es verdad que Gavi es diferente a los históricos interiores salidos de La Masia empezando, por supuesto, por Xavi e Iniesta, de apariencia y fútbol extraordinariamente delicado. El sevillano, de 1,72 y 68 kilos, salta, choca y aprieta sin complejos, incluso a veces demasiado, hasta las diez tarjetas amarillas y una, roja. Una amonestación cada tres partidos y 30 minutos. Demasiadas. El aficionado, especialmente en tiempos de crisis, valora mucho este comportamiento, aunque no tenga mucho sentido. Hay que ser agresivo intentando que los árbitros no te tomen la matrícula. No ha sucedido: Gavi ya ha descansado un partido por acumulación antes de finalizar la primera vuelta de la Liga. 

El jugador es intenso y el entrenador lo agradece, especialmente en la organización de la presión. Xavi, por ejemplo, acostumbra a lanzarlo el primero para incomodar la salida del balón de los centrales rivales. Ante Osasuna, según los datos de Carles Domènech -la TDT, Catalunya Ràdio-, Gavi fue el mayor recuperador del equipo, con 10 balones. ¿Por qué sucede esto en cada partido? Porque como suele atacar ordenado cuando el equipo pierde el balón, él ya está en disposición de robarlo.

Pie y cabeza

Aceptando por evidente su raza, lo mejor que tiene Gavi es ese talento para jugar la pelota que tanto ha gustado en can Barça desde que llegó con 11 primaveras, en 2015. Y año tras año, equipo tras equipo, no ha habido entrenador que lo haya tenido o sufrido el contrario que dudara de que ese aspirante a futbolista llegaría al Camp Nou. Quizás la sorpresa es que su oportunidad haya llegado tan pronto.

Gavi tiene pie, mejor el derecho que el izquierdo. Su posición le hace ser muy protagonista en el juego del Barcelona y ante Osasuna, tras 76 intervenciones, apenas se le contabilizaron dos balones perdidos -números de sus compañeros de línea: Sergio, dos, y Pedri, uno (en 73 minutos)-. ¡Y eso que su fútbol es muy vertical! Gavi es muy responsable en la posesión, fiable en el pase y en el control, siempre orientado en dirección a la portería rival. Y talento también es la creatividad con la que intentó superar a Unai en la frontal buscando un túnel (66’), lanzar una picadita imposible a Ferran que lo dejaba solo ante Herrera (72’) o marcarse un sombrero a Roberto Torres (87’) en zona defensiva propia.

Por lo que respecta a la cabeza, a la comprensión del juego, el sevillano ha mostrado una sorprendente madurez. Siendo un mediocampista en toda regla, con Koeman, Sergi y Xavi ha jugado también de carrilero, falso ‘9’ y falso extremo, con indudable éxito. ¿Por qué el entrenador lo elige a él y no a otro compañero para desarrollar funciones para las que no está especialmente educado? Las crónicas han destacado su polivalencia que, sin duda, tiene que ver con su acertada lectura de lo que sucede en el césped. Gavi ha sido un buen cuarto medio -repetimos, un buen cuarto medio- partiendo desde el extremo zurdo. Sin embargo, sus actuaciones como interior han sido excelentes convirtiéndose incluso, en muchos partidos, en el jugador más destacado del equipo. En un método que prioriza los especialistas, la polivalencia no siempre acaba siendo un buen negocio.

Penalti y goles

Nos detenemos en el talento táctico de Gavi. Ante Osasuna, repetimos, jugó como interior izquierdo. En el 12’, Alba jugó con Aubameyang, que pidió el balón al pie en la mediapunta atrayendo a los centrales y generando un espacio a su espalda. Mientras el gabonés tocaba de cara hacia Sergio, Gavi esprintó para ocupar ese espacio. A continuación, ya saben, buen control dentro del área y penalti de Nacho Vidal para evitar su gol. 1 a 0 de Ferran.

Minuto 21. Dembélé recibe el balón en el costado derecho e inicia una conducción hacia la otra banda donde Ferran, observando la posición de los defensas, ataca la espalda de su lateral. En ese momento Gavi, en vez de correr hacia la jugada, decide frenar para no atraer a su marcador. Resultado: pase al hueco del francés y gol del valenciano. 2 a 0. Jugar cerca de Ferran, un gran atacador de espacios, obliga a mirar y a pensar mucho para no molestar.

Gavi entiende cuando correr y cuando pararse. Con 17 años. Y Xavi lo sabe, pero también observa las ocasiones en que le falta algo para completar la jugada ideal. “A veces no mira, recibe, se gira y choca contra su marcador. No puede ser porque él juega en una posición en que debe tener más información que nadie”. Y lo dice Xavi, que no es un cualquiera en el oficio de jugar como interior en el Barça. “Si le salta el central tiene que tocar de primera, hacer una pared o un control orientado”, dijo tras el 4-0.

El futuro es suyo

Xavi Hernández sabe lo difícil que es jugar dentro de ese cuadrado que conforman todos los equipos rivales para ahogar a los interiores. El domingo, los defensas Vidal y David García, y los medios Javi Martínez y Moncayola lo intentaron, pero Gavi volvió a destacar. Sin embargo, Xavi busca una excelencia que no llegará hasta que domine los pequeños detalles que, en el fútbol profesional, son imprescindibles. Ya saben, mirar antes y después de recibir, pensar y ejecutar rápido, dominar el espacio y el tiempo, estar concentrado... Tiempo al tiempo.

Gavi, que queda libre el 30 de junio de 2023, todavía no ha renovado. Tiene ofertas de los grandes de Europa, pero su intención es continuar en un equipo que aspire a ganarlo todo. Ambición. Pese a la terrible herencia, el club está intentando cumplir sus deseos - son los mismos que los de todos los seguidores barcelonistas-. Mientras, al futbolista le toca escuchar, aprender y mejorar porque solo tiene 17 años. Sí, 17. Una locura.

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