Historia SPORT

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Eduardo Mendoza: "Me dolería que Messi se fuera, pero lo entendería"

El escritor barcelonés, fiel seguidor del Barça, admite que si los partidos le aburren, aparca la pasión futbolera y espera "tiempos mejores"

"No hay equipo que sustituya a aquel Barça de Pep, Xavi, Iniesta y un Messi adolescente"

Eduardo Mendoza acaba de publicar 'Transbordo en Moscú'

Eduardo Mendoza acaba de publicar 'Transbordo en Moscú' / V. Enrich

Javier Giraldo

Javier Giraldo

El escritor Eduardo Mendoza, que acaba de cerrar su trilogía de aventuras del periodista Rufo Batalla con 'Transbordo en Moscú' (Seix Barral), atendió a SPORT hace unos días, poco después de la presentación de su nueva novela y antes de que en el mundo del fútbol estallase el terremoto de la Superliga.

En esta última novela, ‘Transbordo en Moscú’, el escenario se traslada a los últimos años del siglo XX: vistos en perspectiva, fueron años muy interesantes, pero también fueron los años en los que se forjaron vicios como la corrupción o la cultura del pelotazo. 

Sí y no. la corrupción y la avidez están siempre presentes. En España, después de una etapa de transformación y de ilusiones, quizá excesivas, la vuelta a los viejos vicios fue un cubo de agua fría.

¿No le seduce escribir sobre el siglo XXI?

El siglo XIX está en marcha. No hay perspectiva. He escrito sobre el siglo XX cuando ya han transcurrido veinte años de su final. Parece que fue ayer, pero ya empieza a dejar de ser ayer para convertirse en historia.

Con ‘Transbordo en Moscú’ cierra la trilogía de Rufo Batalla pero da la sensación, leyendo sus últimas entrevistas, que también cierra su producción novelística. ¿Realmente ya no va a escribir más ficción?

Cuando lo digo, lo pienso. Cuando me calle y pase el tiempo, ya veremos. La idea que me ronda es que sería bueno dejar la ficción, a la que he dedicado tantos años. Quizá escribir otras cosas. Pero, como la corrupción, los vicios arraigados son difíciles de extirpar.

¿Cómo vivirá esta Diada de Sant Jordi?  

Me temo que como todo el mundo. En casita. Y lo siento. Cada año protestaba por el estrés de Sant Jordi, y el año pasado, como éste, me doy cuenta de que era una jornada muy enriquecedora. Por el contacto con los lectores, por ver que el libro no es sólo lo que uno escribe en casa, sino un fenómeno social muy vivo, capaz de volvernos locos durante unas horas.

Permítame que le pregunte cómo va su pasión por el Barça. La última vez, hace un año y medio, confesaba que a veces incluso le daba igual perderse los partidos. ¿Se ha reenganchado o todo lo contrario?

Me encanta el fútbol, pero la pasión no me ciega. Si deja de ser un entretenimiento, me distancio. Ya sé que esto no es ser un buen culé, pero si los partidos son espesos, meto la afición en la nevera y espero tiempos mejores.

Usted ha sido un gran notario de todo lo que sucede en Barcelona. ¿Nunca le sedujo escribir sobre el Barça o al menos situarlo como una especie de personaje de sus novelas?

He pensado a menudo que el fútbol debería producir alguna buena novela. No sé si yo soy o he sido la persona indicada para escribirla. No he vivido el fútbol tan de cerca. Y algo tendrá el fútbol cuando nadie se decide a construir ficción como ha sucedido con otros deportes, como el béisbol y, sobre todo, el boxeo. Quizá es un deporte más colectivo, menos dramático. 

¿Cree que el ‘més que un club’ aún tiene sentido y hay que reforzar ese mensaje, o bien reformularlo?

Son dos cosas distintas. ‘Més que un club’ funcionaba de puertas adentro. Casi como un eslogan político, que hoy ha perdido protagonismo frente a la política real. La representatividad del Barça en el extranjero funcionó en los años gloriosos en los que el Barça no sólo ganaba partidos, sino que conquistaba los corazones. Era casi un cuento infantil. Esta imagen aún perdura, pero va perdiendo fuelle. Aun así, no hay equipo que sustituya a aquel Barça de Pep, Xavi, Iniesta y un Messi adolescente.

Pese a que lleva jugando en el Barça 15 años, Messi sigue teniendo algo de personaje indescifrable. ¿Usted cree que seguirá en el Barça, después de todo lo sucedido el verano pasado?

¿Cómo lo voy a saber? Me dolería que se fuera, pero lo entendería. Como entiendo que yo no quiera seguir escribiendo novelas.

Ronald Koeman fue héroe como jugador y ahora intenta serlo como entrenador, en un momento muy delicado de la historia del club. Desde un punto de vista narrativo es una historia interesante, ¿no?

Sí, es una historia interesante porque es una historia personal. El héroe que vuelve unos años más tarde. Como he dicho antes, en el fútbol no abundan estas historias. En el fútbol lo importante es lo que pasa en el campo, y más lo que le pasa al balón que a las personas que lo mueven. Quizá esto es lo bueno que tiene.