Edgar Davids, una historia incompleta

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Edgard Davids fue presentado el 12 de enero de 2004 como una estrella en la convulsa primera temporada de Rijkaard. "Con su llegada ya tenemos los dos cracks de primera línea que prometimos", anunció Laporta. "Espero que muy pronto sea un líder y uno de los referentes de este equipo", destacó Txiki. 

El holandés se comprometía con el club azulgrana por seis meses con el equipo fuera de las posiciones de Champions. "Vengo al Barça porque es un grande. He visto jugar al equipo y a ratos lo hace muy bien; le falta gol pero este equipo tiene futuro"

Algunos compañeros como Cocu confirmaban la fama que precedía a uno de los integrantes de aquel maravilloso Ajax del 95. "Es un jugador muy agresivo, un auténtico pitbull del mediocampo". Rijkaard pidió con insistencia su fichaje pero nadie fue capaz de anticipar el impacto que tendría en el equipo su llegada.

Davids dio otra dimensión al Barça, sobre todo por el efecto dominó que tuvo en algunos de sus compañeros. Con su fichaje, Rijkaard cambió de sistema (del 4-2-3-1 al 4-3-3 que llegó para quedarse) y futbolistas como Xavi dieron un salto descomunal en su juego. El de Terrassa adelantó unos metros su posición y su juego se volvió más dinámico y más influyente cerca del área.

La presencia de Davids se dejó notar y el Barça se convirtió en un equipo más equilibrado. Más allá de su aportación futbolística el holandés imprimió al equipo su mentalidad ganadora. 

Nada extraño para un tipo temperamental que creció en un gueto de inmigrantes al norte de Amsterdam. Davids era también un personaje carismático con una imagen que llamaba la atención.

Sus larguísimas rastas y sus inseparables gafas lo convirtieron en imagen habitual de algunos de los anuncios más celebrados de Nike. 

En el campo era temido por los rivales y muy valorado por sus compañeros. Davids era un futbolista agresivo, de gran personalidad, pero también de buen toque, como corresponde a la cantera del Ajax.

Los últimos meses del Barça dieron un impulso al club para seguir confiando en Rijkaard, pero nadie imaginaba entonces que el proyecto seguiría sin Davids y que Deco cogería su relevo.

A principios de julio el acuerdo parecía cerrado con el holandés: tres temporadas, a razón de dos millones de euros por cada una. Pero Davids se marchó a la Eurocopa sin firmar y se comprometió con el Inter.

En el Barça sospechaban que tenía un preacuerdo con el Inter desde hacía meses. Un temor que parecó confirmarse al conocerse la noticia. El gran rendimiento de Deco hizo que contra pronóstico el equipo no echara de menos al holandés. Pero su paso por el dejó dejó la sensación de una historia incompleta.  

Tras su retirada probó suerte en el banquillo del Barnet sin mucha fortuna y en los últimos tiempos lo hemos visto con el equipo de veteranos del Barça con el mismo look que popularizó a finales de los noventa.