El dulce rompecabezas de Koeman para este tramo final

Desde su aterrizaje, Ronald Koeman ha tenido que lidiar con multitud de imprevistos, de infortunios, de reveses. Para empezar, el club no atendió sus peticiones para mejorar la plantilla. Tuvo que 'comerse' lo que había e ideárselas para sacar el máximo jugo a un plantel muy corto y con escasez en algunas demarcaciones. Perdón, nada más llegar tuvo que ir al domicilio de Luis Suárez en Castelldefels y dar la cara por la entidad para comunicarle que no se contaba con él. También tuvo que dirigirse a casa de Messi y toparse con el segundo gran culebrón: Leo quería marcharse. Al héreo de Wembley se le caía todo el castillo de naipes si se confirmaba la voluntad de salir del de Rosario. Por suerte, la burocracia estuvo de su parte y el '10' se quedó. Probablemente el primera gran paso para construir el nuevo Barça.

No dejó de encontrarse piedras en el camino el neerlandés. Al lógico y necesario tiempo de adaptación de la idea y de su forma de liderar el grupo ante sus futbolistas, empezaron a llegar las malas noticias. Ansu Fati explotaba con su primera convocatoria y gol con la selección absoluta y se erigía en uno de los nombres propios del arranque de temporada. Pero una grave lesión de menisco lo apartaba (en principio no para toda la temporada) de escena. Primer golpe duro para Koeman. Después se añadieron las lesiones de Piqué y Araujo, la de Sergi Roberto...Si ya de por si tenía que lidiar con un 'roster' reducido, esto le añadía aún más drama.

LA MAGNÍFICA APUESTA POR LA CANTERA

No le ha ido temblando la mano al holandés para ir pescando en el filial y hacer debutar a chavales que le han dado un magnífico resultado. Mingueza no era ni titular con el Barça B y se ha convertido en un fijo y en una pieza habitual en el primer equipo. Ilaix también ha irrumpido con virulencia y casi es ya oficialmente el 12º o 13º hombre para Koeman.

En cualquier caso, este parón ha venido bien para que los futbolistas que aún estaban en la enfermería (excepto el citado caso de Fati) se hayan puesto a punto y estén al servicio del míster para una recta final a cara de perro. Sin parones, por delante se viene un mes y medio apasionante, con final de Copa, clásico y duelo ante el actual líder Atlético de por medio. Y la recuperación de piezas claves devolverá a Koeman esa sensación casi olvidada de tener superpoblación en cada posición. Elegir. Romperse la cabeza para elegir a los mejores en cada ocasión.

Por ejemplo, el hecho de que vuelvan Piqué y Araujo (el uruguayo estaba ya listo, pero no al 100%) hará que De Jong regrese a su posición natural en el centro del campo (en los dos últimos partidos ha ejercido de central) junto a Busquets y Pedri y que uno de los tres de arriba tenga que rodar. Messi no será, así que la terna está entre Dembélé y Griezmann. Cuando ha tenido que elegir se ha decantado por el de Vernon. Eso, siempre que quiera mantener el sistema (3-4-2-1) que tan buen resultado le está dando. Lo seguiremos expectantes.