FC Barcelona

Dulce derrota del campeón

El Barça cayó ante el Villarreal en un partido en el que solo importaba celebrar la Liga

Resumen, goles y highlights del FC Barcelona 2-3 Villarreal de la jornada 37 de LaLiga EA Sports

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Hansi dijo que la fiesta para luego, que ya habría tiempo de seguir celebrando porque antes había que jugar un partido y que hay que ser profesional. El alemán fue el primero en serlo y lo demostró con un once que podría haber elegido en cualquiera de los grandes encuentros disputados esta temporada.

De hecho, el partido fue calcado a muchos de los que se han jugado para ser campeón: los blaugrana, desparramados en la mitad de campo del rival, que, por imperativo del guion o por convicción, jugó hundido en su área. Con este Barça ya no se sabe si lo que pasa sobre el césped, un equipo paralizado alrededor de su portería y el otro embistiendo una y otra vez, es consecuencia del fútbol blaugrana o del miedo al fútbol blaugrana.

Seguramente habrá un poco de todo, pero la primera mitad fue un monólogo. Fue coger el micro y sentarse en un taburete con un cubata al lado, en 'modo Eugenio', encenderse un cigarro y empezar a hablar. Todas y cada una de las palabras salían del campeón, al que la esquirlada inicial del Vilarreal al partido no le hizo ni cosquillas. Corría el minuto cuatro y, a modo de tradición, una contra culminada por Ayoze avanzó a los 'groguets'.

A Lamine le van los retos

Los de Marcelino tuvieron alguna más, pero el Barça siguió dirigiéndose al respetable micro en mano, agarrado como si fuera el propio balón, y no lo soltó hasta que le dio la vuelta al marcador. Era cuestión de tiempo. El fútbol del Barça es como la ley de la gravedad; cae por su propio peso.

Lamine, Fermín, Gavi, Raphinha, Pedri y compañía solo necesitan un tapete verde, un balón y un rival que se adelante en el marcador para ejercer de Juan Tamariz y dejar boquiabierto al respetable. Lo intentaron Lewandowski y Èric de cabeza, pero Luiz Júnior acabó siendo el mejor de su equipo en el primer tiempo, así que había que hacerlo mejor.

A Lamine Yamal le van los retos, es un picado, así que nada mejor que ponérselo difícil para sacar su mejor fútbol: otro golazo marca de la casa recorriendo el balcón del área y poniéndola en el segundo palo. Y luego, claro, Fermín, que solo sabe marcar golazos, recibió en la frontal para, con la zurda, enviar el 2-1 al descanso.

La segunda mitad fue más de lo mismo porque el Vilarreal volvió a avanzarse con un gol de Comesaña, que superó con una vaselina platanera a Ter Stegen. Para entonces ya se habían ido Pedri y Gerard Martín y habían entrado De Jong y Balde. El resto fue lo mismo que en la primera, a los 'groguets' ya les iba bien el empate, así que se dedicaron a echarse atrás. Insistimos, no se sabe si por convicción o por obligación.

Lamine, Fermín López y Gavi celebran el golazo del primero

Lamine, Fermín López y Gavi celebran el golazo del primero / JAVI FERRÁNDIZ

Pero el equipo de Marcelino, seguramente porque aún tiene algo por lo que luchar, supo defenderse con orden y criterio sin pasar demasiadas agonías cuando los blaugrana atacaban. Además, salían con cierto peligro a la contra, pensaron que alguna tendrían y que la victoria era posible. Y asi fue.

El gol fue un islote perdido en el Pacífico, pero esos también deben contabilizarse y salen en el mapa. Recibió solo Buchanan y, sin oposición, la puso donde Ter Stegen no podía nunca llegar. El Barça volvio a vestirse con el traje de obrero y se dispuso a cumplir con su responsabilidad, pero a estas alturas era ya perdirle demasiado: dos remontadas en un mismo partido con la Liga ganada.

Los futbolistas, incluidos los cambios, pensaban más en la fiesta posterior, en recibir el trofeo, en abrazarse con su afición que en lo que pasaba sobre el césped. Cuando la cabeza está en otro lado, las piernas van a su bola. El Barça es el campeón. Y eso es lo único importante.