El dilema moral de renovar a Dembélé

Tantos y tantos meses hablando del mismo tema. Dándole vueltas y vueltas sin que todavía haya habido un desenlace. El futuro de Ousmane Dembélé lleva llenando titulares desde prácticamente el pasado otoño. Ya se antojaba un final dilatado, pero en ningún caso nadie se planteaba que excediera del mes de enero. A partir del día 1, el de Vernon tenía libertad para negociar con otros clubes. El aterrizaje de Xavi en noviembre intensificó la voluntad del Barça por amarrarlo, pero al mismo tiempo generó que sus exigencias (y sobre todo las de su agente Moussa Sissoko) aumentaran.

Pasó enero, el club hizo un amago de apartar a Ousmane, Xavi logró 'recuperarlo' y realizó un buen 'rush' final de temporada. Tanto, que a pesar de tener la sensación de que el extremo había faltado el respeto al club en enero se volvió a intentar convencerlo para que siga. Y en esas estamos, a 24 de junio. A las puertas de que sea totalmente libre, de quedarse sin equipo.

Llegados a este punto, el futbolista continúa sin haber firmado por ningún equipo. De hecho, las dos opciones principales, PSG y Chelsea, parecen no estar por la labor. No alcanzan lo que pide de salario y, en el caso del PSG, el nuevo director deportivo (Luis Campos) no cree que sea una pieza que necesiten. A partir de ahí, la partida de ajedrez vuelve a estar en una posición más o menos igualada.

ÚLTIMO 'RUSH'

Xavi aprieta a la directiva para que haga un último esfuerzo, pero el club considera que la última oferta que se le hizo llegar es a lo máximo a lo que se puede llegar. Dembélé parece que quiere seguir y, en caso de aceptar lo que se le ofrece, surgiría un dilema moral

Para algunos, renovar a Dembélé es lo que se conoce como un 'win-win' de manual. No te gastas ni un duro en traspaso y mantienes a un jugador que marca diferencias, con desborde y, sobre todo, muy del gusto del técnico. OK. Y puedes gastarte lo que tenías preparado para Raphinha en Koundé, por ejemplo.

UN ASUNTO DE VALORES Y PRECEDENTE

Para otros, sería una bajada de pantalones por parte del club. El de Vernon lleva meses mareando la perdiz y, según buena parte del barcelonismo, faltando el respeto a la institución. Si acabaras aceptando su continuidad sería rebajarse. Es evidente que, en caso de seguir, no habrá sido por voluntad de Ousmane (o sí, pero eso de que agente vaya por un lado y jugador por otro es demasiado utópico), sino por falta de ofertas y como última opción.