Dilema Dembélé

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Al Barça le da tanto vértigo preguntarse qué pasará cuando no esté como a Messi imaginarse qué hará después de retirarse.El temor es compartido con la misma intensidad por la afición. Lo demuestra el silencio monumental que se vivió en el Camp Nou, el sábado, cuando se quedó tumbado en el césped con muecas de dolor.

El argentino estará tres semanas fuera de los terrenos de juego. Valverde deberá repensar el equipo. Y el grupo acostumbrarse a vivir sin la red de seguridad (competitiva) que supone su sola presencia. El reto es enorme: ¿qué pieza en la plantilla puede paliar la influencia del 10?

Queremos echar de menos a Messi pero ganando. Es fundamental y marca el juego pero intentaremos mantener nuestra idea y dar un paso al frente”,  anunció Valverde.

OUSMANE, EN LA ENCRUCIJADA

El francés fue la primera opción ante el Sevilla como relevo de Messi.  Y si Valverde es coherente con en este arranque de temporada debería ser el escogido para entrar en el once en los próximos partidos. Al menos contra el Inter. Ocurre que el paso de los encuentros ha subrayado aún más la inconsistencia del francés, un futbolista a menudo inescrutable.

Un pack donde caben apariciones extraordinarias y pérdidas inexplicables. Goles memorables y desconexiones que lo alejan de la élite. Dembélé parece jugar varios partidos en 90 minutos.  El diagnóstico de Deschamps fue tajante: “Todavía no es totalmente consciente de toda la exigencia que supone el alto nivel”.

Ousmane está bajo sospecha. Inmerso en un escrutinio permanente de extremos (del entusiasmo a los pitos en un mismo partido como el sábado) que parece pesarle cada vez más.

Dembélé sigue siendo un futbolista inestable como se vio ante el Sevilla. Y da la sensación de que, pasar de ser un fijo en el once (con goles importantes en las primeras semanas de competición) a ser solo un recurso, ha menguado su confianza. El francés es un jugador que necesita confianza y sentirse importante para encontrarse cómodo. “Un talento increíble”,  como le define a menudo Valverde. Pero que tiene que poder equivocarse para seguir creciendo.

Ahí reside el dilema de Valverde para los próximos partidos: ¿asumir el riesgo que supone para el equipo la presencia de Dembélé o buscar opciones más conservadoras? La buena noticia para el francés es que la baja de Messi le permite ocupar la banda derecha.

Un contexto en el que se siente más cómodo que en la izquierda, el lugar donde lo venía haciendo esta temporada. Pero Dembélé es desequilibrio en las dos áreas. Mientras Messi limita al máximo las pérdidas (y por tanto las contras) y posee una fineza extraordinaria en el pase (y lectura de juego), Ousmane es un verso libre.  Un futbolista que pierde balones en zonas muy comprometidas y al que le falta constancia en el trabajo defensivo.

El año pasado encajábamos muchos menos goles y este año estamos encajando sin recibir demasiados disparos. Es algo que tenemos que analizar y que tenemos que mejorar”, reconoció Valverde.

Ni siquiera el gran momento del alemán ha sido suficiente para que el Barça parezca un equipo sólido. Arriba el equipo sigue siendo un equipo formidable a pesar de que desde el pasado 18 de septiembre Dembélé no vea portería.La realidad es que con el 4-3-3 de esta temporada el equipo ha perdido orden en el repliegue. Y que cuando los rivales llegan a la portería lo hacen en muchas ocasiones en situaciones de uno contra uno que comprometen tanto a la defensa como a Ter Stegen.

El francés deberá aprovechar la baja de Messi las próximas semanas para justificar una inversión millonaria y un papel principal en este equipo. En eso están Valverde y Abidal, que miman al francés para pulir un producto por hacer.