Los días en los que Laporta quiso fichar a Pirlo

Laporta estaba convencido de que podía tratarse de su nuevo Frank Rijkaard

El presidente se reunió con los capitanes del Barça y percibió el sentir del vestuario: Pirlo no era una persona adecuada

Andrea Pirlo, exentrenador de la Juventus

Andrea Pirlo, exentrenador de la Juventus / Marco Bertorello

Albert Masnou

Albert Masnou

Era ya invierno del año pasado cuando Joan Laporta había tomado la decisión de cesar a Ronald Koeman. Solo faltaba esperar hasta que se produjera la derrota definitiva: la sentencia. El equipo iba sin rumbo y precisaba de un cambio en el banquillo que pudiera dirigir la transformación que, entendía el presidente, precisaba el club. Acompañado de los suyos, tenía un nombre entre ceja y ceja: Andrea Pirlo. 

Su historial no era una garantía de éxito, pues había sido entrenador durante ocho días de la Juventus sub23 para asumir, a modo de urgencia y tras la eliminación europea, el mando en el primer equipo turinés durante el resto de la temporada, la 20-21. Acabó en cuarta posición de la Liga y con dos títulos conquistados: la Copa y la Supercopa Italia. El registro, como decíamos, no era garantía de nada pero Laporta estaba convencido de que podía tratarse de su nuevo Frank Rijkaard, fichado en su día también con escaso historial en los banquillos y que acabó ofreciendo un extraordinario resultado.

Como entrenador y como persona. Para Laporta, Pirlo era Rijkaard 15 años después. Estaba convencido de su opción, aunque a su lado hubiera gente que no lo veía tan claro al considerarlo una apuesta arriesgada. Una noche, el presidente Laporta convocó en el comedor de su piso en la calle Diagonal de Barcelona a los cuatro capitanes y a tres jugadores más del equipo con peso específico para comunicarles su decisión de destituir a Koeman y la futura contratación de Andrea Pirlo como sustituto. El nombre no fue vitoreado por los jugadores. Ni mucho menos.

Ellos, algunos de los cuales muy próximos a Xavi Hernández, defendieron la opción del técnico catalán como la más adecuada y le enumeraron los contras que suponía para un vestuario acostumbrado a jugar toda la vida de una manera similar, cambiar ahora radicalmente de estilo con un técnico italiano que tenía una corta experiencia en los banquillos, que no conocía la Liga española ni como jugador ni como entrenador, ni dominaba perfectamente el idioma.

Laporta percibió el sentir del vestuario: Pirlo no era una persona adecuada. Y prometió a los jugadores que se lo pensaría de nuevo. El resto de la historia ya la conocen todos. El presidente rectificó y decidió apostar por Xavi Hernández, que está a punto de cumplir un año en el banquillo del Barça. Finalmente, Andrea Pirlo entrena esta temporada al Fatih Karagümrük SK, clasificado en medio de la tabla de la Liga turca.