Así fue el día del regreso de Ansu Fati

Demasiado tiempo imaginando cómo sería su regreso a los terrenos de juego. Muchos meses ha pasado alejado del foco, viendo los partidos por televisión y entrenando en solitario. Pero por fin se ha terminado el calvario. Ansu Fati está de vuelva y lo hizo como lo hacen los grandes, volviendo por la puerta grande. 

Ante el Levante todo salió a pedir de boca. Entró en los últimos minutos con el partido sentenciado, la afición le ovacionó y marcó un gol. Él se emocionó. No fue el único. Lo hicieron sus compañeros, que lo levantaron a lo alto del Camp Nou. También sus familiares y seres queridos, que quisieron acompañarle en el día de su regreso. Así se lo había pedido Ansu a las personas que le han acompañado durante todo este largo proceso. Quería que estuvieran con él. A las buenas y a las malas. Tras mucho sufrimiento ahora tocaba disfrutar y lo iban a hacer juntos, como siempre lo han hecho.

En la grada, las cámaras pudieron captar el sector donde se encontraban los padres, sus hermanas, sus personas de confianza y su preparador físico personal. Nadie se quiso perder su regreso. Su padre, con la camiseta con el número 10, se emocionaba. Lo han pasado muy mal. 

El día arrancó con un Ansu que se quería evadir de todo lo que estaba sucediendo. Era consciente que su regreso era lo más comentado del día y que todos esperaban verlo de nuevo en el césped del Camp Nou. No era una situación sencilla de asimilar pero Ansu ha madurado mucho en estos últimos meses y, a pesar de tener solo 18 años, se enfrenta a las cosas con una personalidad abrumadora. 

UNA CAMISETA MÁS PARA LA COLECCIÓN

Tras pasar la mañana charlando y desconectando de todo, Ansu fue con su coche al Camp Nou y lo hizo acompañado de su hermano Miguel, con el que protagonizó un saludo que tienen. Lo que ocurrió en el partido ya es conocido por todos y, una vez finalizado, estuvo firmando camisetas en el parking del estadio. Tras terminar, se fue destino a su casa. Antes tuvo que pasar una nube de aficionados que lo estaban esperando para corear su nombre. Ansu, agradecido, saludó a todos los que allí estaban y se fue con el recuerdo del gol y con la camiseta con la que había vuelto a jugar. La primera con el número 10. No se la dará a nadie, esa es para él y será guardada con el resto de camisetas con las que ha marcado un gol.