El día que Adama frustró el sueño europeo del Espanyol

Adama Traoré protagonizó un redebut espectacular con el primer equipo del FC Barcelona. El extremo fue clave en el balsámico triunfo ante el Atlético de Madrid y se ganó al Camp Nou a las primeras de cambio. ‘La Flecha’ de L’Hospitalet tiene muchos números de repetir titularidad en el derbi contra el Espanyol en Cornellà-El Prat, un estadio en el que ‘mojó’ en su primera y última visita. Cuando vestía la camiseta del Wolverhampton Wanderers, el canterano blaugrana marcó un gol muy importante para evitar que los pericos pusieran en duda la clasificación de su equipo para los octavos de final de la Europa League 2019/20.

Los Wolves llegaban al RCDE Stadium con un resultado muy favorable de la ida (4-0). Un hat-trick de Diogo Jota y un gol de Rúben Neves en el primer partido de Adama contra el Espanyol convirtieron la vuelta del cruce continental en un trámite. El conjunto catalán, sin embargo, intentó obrar el milagro. Pese a encontrarse en una situación delicadísima en la Liga –esa temporada acabaría bajando a Segunda– y sufrir una crisis de identidad futbolística, los de Abelardo vendieron cara su piel. Se adelantaron en el marcador por medio de Calleri al cuarto de hora de juego e hicieron soñar a una afición muy necesitada de alegrías.

El feudo blanquiazul ejerció de olla a presión hasta que Adama se encargó de calmar los ánimos. Cinco minutos después del tanto local, ‘cazó’ un balón en el área y batió a Andrés Prieto con un potente disparo cruzado. Celebró el tanto con rabia y alivio. Visiblemente desahogado, fue abrazado rápidamente por sus compañeros. El Wolverhampton no consiguió ganar el partido (3-2 para el Espanyol), pero tras la diana del nuevo fichaje del Barça ya no sufrió por su participación en la siguiente ronda de la Europa League. Traoré acabó el compromiso con 46 intervenciones, un 73 por ciento de acierto en los pases, seis regates y trece duelos ganados.

La carta de presentación de Adama en el campo perico, frente a un rival contra el que había disputado muchos partidos en categoría formativa, no pudo ser más contundente. El atacante enseñó músculo –nunca mejor dicho– con una actuación exuberante y poderosa. Y lideró a un equipo que no pudo llegar más lejos de los cuartos de final de la Europa League porque se topó con el rey de la segunda máxima competición continental, el Sevilla.