Los detalles de la lesión de Malcom

Dr.Enric Puñet

El jugador brasileño del FC Barcelona, Malcom, se retiró del campo entre lágrimas el pasado miércoles después de un mal gesto que le provocó un esguince de tobillo en el partido contra la Cultural Leonesa. Según el parte médico, el futbolista sufre “un esguince en el tobillo derecho que le obligará a estar entre diez y quince días de baja”.

El deportista, que no está disfrutando de muchos minutos con Valverde esta temporada, ha tenido además mala fortuna con las lesiones (ésta es ya la segunda torcedura en su tobillo en esta temporada), lo que le impide tener una cierta continuidad.

Según el Dr. Enric Puñet, traumatólogo especialista en pie y tobillo de iMove-Clínica Mi Tres Torres, “los esguinces de tobillo son una de las lesiones traumatológicas más frecuentes en la sociedad, muchas veces relacionadas con el deporte, y en especial en disciplinas ‘de impacto’ o de alta carga sobre el pie como son el fútbol, baloncesto o tenis”. 

En función de la gravedad del esguince, el deportista estará apartado de los terrenos de juego por un período de tiempo más o menos largo. Según el Dr. Puñet, “los traumatólogo clasificamos los esguinces en 3 estadios: el estado I sería un estiramiento sin rotura del ligamento que requerirá 10 días de reposo; en el estadio II existe una rotura parcial del ligamento y requiere unas 3 semanas de reposo; y en el estadio III existe una rotura completa de alguna de las tres bandeletas que conforman el ligamento. En este último caso, se valora incluso la cirugía para evitar secuelas en forma de tobillos inestables futuros”.

Los esguinces se ocasionan por la torsión accidental del tobillo y el ligamento externo es el más frecuentemente afectado. El tobillo gira hacia adentro y en función de la intensidad de dicha torcedura se provocan lesiones de variado  pronóstico. Algunas - las más graves - ocasionan incluso fracturas como en el caso de Neymar JR la temporada pasada, en los meses previos al Mundial, cuando una torcedura le provocó una fractura en el 5º metatarsiano.

Diagnóstico

Para el diagnóstico de la lesión es preciso de “una rigurosa exploración física, un estudio de radiología simple para descartar posibles fisuras o fracturas asociadas y una ecografía o Resonancia Magnética para valorar la integridad de los ligamentos”, tal y como afirma el Dr. Puñet. Con estos puntos se dispone de información suficiente para establecer una correcto diagnóstico, pronóstico y pauta de tratamiento.

Anteriormente, los esguinces se trataban inmovilizando la zona más o menos tiempo, en función de la gravedad de los mismos. Hoy en día, “se suele optar por inmovilizaciones relativamente cortas en el tiempo, para evitar la pérdida de la propiocepción y la atrofia muscular”. El sistema propioceptor es el encargado de mantener la tensión articular y el equilibrio y una inmovilización prolongada lo debilita, por lo que se suele optar por vendajes cada vez menores e iniciar trabajo de carga en un período de tiempo relativamente precoz.

Es esencial un buen trabajo rehabilitador por parte del fisioterapeuta, aplicando terapias como los ultrasonidos, electroterapia, magnetoterapia, o terapia manual.

Una vez solucionado el esguince, “será necesario que el deportista realice un trabajo de retorno progresivo con un entrenamiento específico. No es aconsejable forzar la reincorporación y podría ser aconsejable iniciar la actividad deportiva con alguna tobillera o taping (vendaje funcional del tobillo)”.

Causas

Asimismo, es esencial identificar las posibles causas que lo hayan podido provocar. Un estado de campo defectuoso o una entrada agresiva son factores impredecibles. No obstante hay factores que dependen del propio deportista: en este caso la laxitud será siempre el factor predisponente con mayor relevancia. Si el deportista una vez superado el esguince presenta nuevos episodios o dolor residual en la zona del ligamento, podemos estar ante “un caso de inestabilidad de tobillo, que deberá tratarse inicialmente de manera conservadora, con un buen trabajo propioceptivo y rehabilitador”, afirma el Dr. Puñet.

Si dichas molestias restan capacidad competitiva, “se pueden plantear opciones quirúrgicas para tobillos que presenten inestabilidades. En la actualidad el tratamiento reparativo quirúrgico para las inestabilidades de tobillo que da mejores resultados es el artroscópico. Se puede reparar el ligamento afecto de una manera satisfactoria y con una mínima agresión, la cual acelerará la reincorporación del deportista. Esta técnica consiste en la reinserción del ligamento mediante un arpón”.

El deportista intervenido bajo esta técnica puede iniciar trabajo rehabilitador suave a las 2 semanas y carga controlada a las 4 semanas. El tiempo de recuperación para que el deportista de élite afecto de una inestabilidad o microinestebilidad pueda rendir a un alto nivel ronda los dos meses aproximadamente.