Dest y Frenkie, señalados

La derrota contra el Rayo Vallecano (0-1) dejó algunas cosas para el análisis y algunos futbolistas señalados. No en vano es la primera vez en la historia que el Barça cosecha tres derrotas consecutivas en el Camp Nou. Para el análisis queda ese escaso apoyo que el equipo recibe desde la grada -57.023 espectadores, una de las entradas más flojas de la temporada- cuando más lo necesita. Y para el análisis queda también el escaso rendimiento que están ofreciendo algunos futbolistas.

Pocos se salvaron anoche pero algunos quedaron especialmete señalados. El primero de ellos, Sergiño Dest, que se quedó en la caseta al descanso tras quedar retratado en el gol del Rayo, en el que no vio la ruptura al espacio de Álvaro García. El segundo, Frenkie de Jong, que se fue tan enfadado como frustrado por la reiteración de faltas que el colegiado de la contienda, Isidro Díaz de Mera Escuderos, permitió, especialmente en la figura de Óscar Valiente.

El neerlandés dejó el campo junto a Ferran Torres, que apenas apareció, después de 60 minutos decepcionantes en los que intentó sin suerte comandar el juego de construcción blaugrana. La permisividad arbitral no le ayudó. Como no ayudó a Dest que Ronald Araujo estuviera fuera de su posición, persiguiendo a Nteka, cuando Isi lanzó el cuero al espacio para la ruptura de Álvaro García. Entre que ambos arrastran problemas físicos desde hace semanas y que el equipo ha entrado en mala dinámica, Dest y Frenkie de Jong no lograron ofrecer su mejor versión.

Como no ofrece su mejor versión el Camp Nou esta temporada. Sangrante fue la imagen que dejó el encuentro ante el Eintracht en la Europa League, con mayoría alemana en la grada, y sangrante fue ver la escasa asistencia esta noche, a pesar de que los asistentes se dejaron la garganta intentando empujar al equipo hasta el último suspiro y abroncando las polémicas decisiones arbitrales.

El proyecto de Xavi parecía haber entrado en una dinámica positiva que se ha frenado de manera inesperada. Tanto por lo que se refiere al rendimiento sobre el césped como a la confianza de la afición desde la grada.