El descubridor de Arthur nos da las claves sobre el nuevo fichaje del Barça

Así era Arthur en la escuela de Nilton Maravilha

Así era Arthur en la escuela de Nilton Maravilha / Benedito Braga/O Popular

Joaquim Piera

Joaquim Piera

Los inicios futbolísticos de Arthur Melo fueron en Goiania, su ciudad natal. Con cinco años, fue inscrito en el ‘Showbol Escolinha de Futebol do Niltinho’, un centro que dirigió a lo largo de 12 años el ex futbolista Nilton Santos de Almeida, actualmente con 51 años, y por el cual pasaron más de 1.500 niños. Conocido en la década de los 80 y 90 como Niltinho Maravilha, por su habilidad, este extremo diestro brilló especialmente en su etapa en el Goias, club donde actualmente integra el cuerpo técnico del equipo sub-17.  El primer técnico de Arthur analizó para SPORT cómo fueron los primeros pasos del nuevo jugador del Barça con un balón en sus pies. 

¿Se acuerda cuando Arthur entró en su ‘escolinha’?

Sí, claro. Debería tener unos 5 años. Su padre, Aílton, lo trajo junto con su hermano  Paulo Henrique. Los dos siempre iban juntos a todas partes, a veces incluso entrenaban juntos pero jugaban separados ya que Arthur es del 96 y su hermano, es tres años mayor, del 93. 

¿Qué aprendió Arthur durante esta estancia?

Nuestra filosofía era intentar trabajar los fundamentos básicos del fútbol. Después dejábamos que los chicos desarrollaran su fútbol, que es algo muy característico aquí en Brasil, para no inhibir su creatividad. 

¿Apuntaba formas?

Aunque era muy pequeño, Arthur llamaba la atención por la desenvoltura que tenía, por cómo marcaba, por cómo salía jugando con el balón dando opción de jugar a los compañeros. Tenía mucha raza y fuerza. 

Era el crack del equipo…

Mire, el fútbol a veces no tiene lógica. Arthur tenía una calidad muy diferente pero había otros chicos de su nivel que apostábamos que también llegarían lejos pero ni siquiera alcanzaron el fútbol profesional…  ¿Sabe por qué Arthur lo logró?

Cuénteme…

Porque su familia le dio una estructura personal muy buena, que le permitiría después dejar Goiania con 14 años e irse a vivir solo a Porto Alegre para jugar en el Gremio. Y, además, Arthur tiene una gran determinación. Quería vencer y aprovechó las oportunidades. Pocos llegan al Barça, pero Arthur está allí porque se ha entregado al máximo. Siempre, desde pequeño, se centró mucho en todo aquello que hacía.

¿La familia de Arthur era consciente de su potencial?

Sí. Su padre y yo somos primos.  Aílton intentó ser jugador profesional, pero, a pesar de haber sido solo amateur, entiende muy bien el juego. De hecho, el estilo de juego del padre y del hijo es muy parecido. Aílton tenía mucha noción de la calidad de Arthur, porque lo acompañaba a todos los entrenamientos y cuando había partidos siempre venía porque me ayudaba a llevar a los chicos con su coche. 

¿Y cómo era como futbolista el ‘menino’ Arthur?

Desde el inicio jugó en el centro del campo. Entrenábamos en una pista de fútbol-7, pero jugábamos en un campo grande. Como tenía buenos pulmones, corría para todo el equipo y tenía un buen control de balón. Por eso, siempre jugó de volante, de ‘5’ o de ‘8’, que son las posiciones en que él sigue actuando. En algún partido, lo llegué a poner más adelantado, de ‘10’.

¿Cómo era su estilo?

Era un futbolista muy asociativo. Siempre tuvo la percepción de jugar apoyándose en el pase. Conducía muy bien el balón. Y, desde niño, un aspecto muy positivo que tenía es que tocaba y daba opción a sus compañeros. Siempre mirando hacia adelante. Es un don natural que tiene. 

¿Y Arthur cómo se lo tomaba?

No le gustaba perder. Si había algún resultado no demasiado bueno, se disgustaba. Como decimos aquí “ficava puto”. (se ríe).

¿Era, pues, muy competitivo?

Sí. Su familia tenía una casa de campo en la que había un campo de fútbol. Cuando íbamos, jugábamos su padre, su abuelo, su hermano, un tío suyo, Arthur y yo. Hacíamos un tres contra tres. Recuerdo que cuando tenía unos 10 años para que pudiera driblarlo, lo tenía que empujar. Lo superaba y él volvía rápido a presionar. Tenía una percepción muy buena para su edad y su tamaño. Siempre tuvo fuerza física y noción de marcaje, y ahora continúa robando muchos balones sin necesidad de hacer faltas. 

¿Cómo fue el fichaje de Arthur por el Goiás?

Era natural que acabase en un gran club de aquí Goiania. No fue consecuencia de un solo partido. Jugábamos muy a menudo contra la escuela de fútbol del Goiás. Arthur siempre se destacaba, llamaba la atención. Y un día, le pidieron hacer un test. Durante uno o dos meses entrenó en lo que llaman el ‘preequipo’ y después lo ficharon. Allí empezó a jugar federado. Estuvo hasta los 14 años cuando se fue al Gremio.