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El desconcierto del equipo con Koeman

Los jugadores se sorprendieron por la falta de reacción del técnico del Barça ante los movimientos tácticos del Bayern

Los blaugrana tampoco supieron interpretar bien algunas de sus consignas, sobre todo relacionadas con la salida del balón

Koeman: "Lo hemos intentado todo"

Koeman habló ante los medios tras la derrota ante el Bayern de Múnich / Movistar

Jordi Gil

Jordi Gil

Todo salió mal. En el vestuario del Barça cundía esta sensación después de la dolorosa derrota sufrida ante el Bayern de Múnich. Ronald Koeman planteó un sistema con tres centrales que su rival, Julian Nagelsmann, muy pronto contrarrestó sin que existiera reacción por parte del banquillo blaugrana. Koeman se mantuvo firme en su planteamiento, mientras los jugadores sufrían en el campo ante la falta de soluciones.

El técnico neerlandés intuía que el Bayern buscaría hacer daño especialmente por las bandas. Por ello, ordenó a los dos carrierlos, Sergi Roberto y Jordi Alba que estuvieran muy atentos atrás y vigilaran las espaldas de Araujo y Eric Garcia. Por el medio, en cambio, Busquets estaba muy solo y Nagelsmann se percató pronto que por allí generaría superioridades. Sané se metió mucho por dentro, mientras que Müller o Goretzka también buscaron este espacio libre, a la espalda especialmente de De Jong. Lewandowski también salía de posición y los centrales blaugrana se vieron muy incómodos.

Pese a que el Bayern estaba haciendo daño, Koeman no ordenó ninguna variante en el planteamiento hasta que de forma inevitable llegó el gol de Müller con un lanzamiento en el que estaba muy solo en le borde del área. La defensa por acumulación de hombres en el área no sirvió y se corría este riesgo, que pudiera quedar cualquier balón suelto y llegara el tanto. En realidad, los tres goles fueron consecuencia de balones divididos en los que los jugadores bávaros estaban mejor situados.

Los tres centrales tampoco pudieron seguir las directrices del entrenador para sortear la presión. Una de las órdenes era buscar cambios de orientación largos en diagonal para descargar el juego hacia zonas más libres de rival. Sin embargo, Araujo tuvo muchas dificultades ante el agobio recibido y se limitó a dar el balón en corto, especialmente atrás hacia Ter Stegen. Por el otro lado, Eric Garcia, al ser diestro, tenía también las opciones limitadas para dar pases en largo. Piqué, en el centro, poco podía hacer y debía tomar soluciones individuales.

Memphis desubicado

La línea de tres tuvo problemas de coordinación, pero hubo más damnificados, sobre todo Memphis Depay. Hasta ahora había rendido a gran nivel en punta, escorado a la izquierda de falso 9, pero no se aclimató a tener que jugar más retrasado, como media punta, en una función similar a la que hacía Messi. Memphis tiene una enorme calidad, pero en su repertorio no está el de arrancar desde el centro del campo y organizar los ataques del equipo.

Tampoco tuvo opciones de buscar combinaciones con Luuk de Jong, quien demostró que fuera del área sufre y su rol tendrá que ser diferente al que es vio ante el Bayern.

El equipo, a diferencia del año pasado, no se adaptó al sistema de los tres centrales y todo apunta a que Koeman volverá a dejar este dibujo en el cajón de cara al partido ante el Granada. El 4-3-3 se perfila como el dispositivo con el que este Barça puede ofrecer un mejor rendimiento.