Desafío Real para el Barça en la Supercopa

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- / Marc Creus

Dídac Peyret

Dídac Peyret

El Barça comienza la temporada oficial con un ambiente atípico. Enfrente estará el Madrid. Pero, paradójicamente, de lo que menos se habla es del encuentro. El mercado –y la resaca de la salida del Caso Neymar– acaparan el ruido. Más aún tras las palabras de <strong>Piqué </strong>ayer, que dejaron entrever la distancia entre la dirección y el vestuario. 

El central desveló una verdad incómoda. La plantilla sabía que Neymar ya había tomado la decisión de marcharse. La directiva solo sospechaba el malestar del brasileño. Y Valverde fue el último en enterarse. Desde entonces el club trata de recomponerse a la marcha del brasileño, pero lo hace en el peor escenario posible.

Los clubs conocen las prisas del Barça por fichar y la presión ambiental que le acompaña. También el dinero del que dispone –esos 222 millones– del PSG.   En un mercado terriblemente inflacionista, el club blaugrana está obligado a pagar previos impensables, hace solo unos meses, por futbolistas como <strong>Coutinho </strong>y <strong>Dembélé</strong>Incluso <strong>Paulinho</strong>, protagonista en la liga china, llegará por 40 millones.  

Y en plena agitación llega una Supercopa sin un favorito claro, como corresponde a los clásicos. La gira estadounidense no pareció el mejor contexto para implantar las nuevas ideas de Valverde. Pero el Barça ha ido dejando algunas pinceladas de lo que espera el extécnico del Athletic. De entrada el interés en una presión alta, un denominador común en los equipos del Txingurri. 

MOMENTO DEULOFEU

MOMENTO DEULOFEUEl discurso ha cambiado; ya no se habla del Barça del tridente. Se impone poner el acento en el equipo, porque cómo dijo ayer Piqué no habrá otro Neymar. De momento, a la espera de ver cómo evoluciona el fichaje de Dembélé, la hinchada azulgrana se fija en Deulofeu, un jugador atípico y genial. De esos que provocan opiniones encontradas. Un futbolista que ha tenido que esperar mucho tiempo para tener una oportunidad de verdad en el Barça.

Su última etapa en el Milan, donde exhibió el mejor nivel de su carrera, ha revalorizado al extremo, que hoy podría ser titular ante el Madrid. En el Gamper dejó una buena carta de presentación y mostró otra cara. No fue aquel delantero que jugaba su propio partido; no fue aquel extremo que entendía el juego como un desafío individual. Deulofeu demostró un mayor entendimiento del juego  y también un sacrificio defensivo que le pueden ayudar a hacerse un hueco en el equipo.  

Además conectó con Messi, que renueva su vigencia en el equipo. Más aún sin Neymar, el llamado a coger su relevo. El argentino será más que nunca el termómetro del equipo. A él se aferra una vez más al Barça para superar a un Madrid que llega sin urgencias. Encantado de conocerse tras  superar al United con  suficiencia y con un Zidane que ha logrado lo impensable: la estabilidad en el banquillo blanco.