Dembélé sube, Neymar baja

German Bona

German Bona

Lo que cambia la historia en el fútbol. La salida a traición de Neymar el pasado verano hizo temblar los cimientos del club. El tridente perdía una de sus patas y se fichó, a golpe de talonario, a Ousmane Dembélé para acompañar a Leo Messi y Luis Suárez en el ataque. La pasada campaña solo hizo que añadir incertidumbre y dudas sobre si había sido la apuesta adecuada, pero el ‘mosquito’ ha remontado el vuelo en este arranque de campaña, sus picaduras son más letales que nunca y, de paso, ha hecho olvidar al brasileño.

Y es que los números de Dembélé mejoran a los de Neymar con el París Saint-Germain. Mientras a uno le van bien las cosas y le llueven los elogios, al otro lo que le caen son los palos, sobre todo después de su decepcionante actuación en el estreno de Champions League en Anfield.

Ousmane y Neymar Jr han jugado los mismos partidos, seis, y se reparten de la misma manera: 4 de Liga, 1 de Champions League y 1 de Supercopa. El azulgrana suma más minutos, en concreto 33, que el delantero del conjunto parisino, 489 por 486. Y ha marcado un gol más, 5 por 4 del brasileño. Pero lo realmente trascendente es que los goles de Dembélé han sido mucho más decisivos, desencallando partidos, dando victorias, y hasta un título, la Supercopa de España. Con un espectacular disparo al pase de ‘pillo’ de Messi en el lanzamiento de una falta.

A la conquista celebrada en Tánger hay que añadir victorias de Liga que han llegado gracias a los ‘picotazos’ de Dembélé. En el ‘patatal’ del José Zorrilla y en Anoeta. Seis puntos de oro que se llevó el Barça a la Ciudad Condal. Desatascó el partido de Valladolid tras el pase en profundidad de Coutinho y culminó la remontada en San Sebastián al remachar el inteligente pase de Sergi Roberto. Sin olvidar su aportación goleadora ante el Huesca y el PSV Eindhoven, en este último caso con un gol compendio de osadía, calidad técnica y potencia en el disparo que ya le gustaría a Neymar Júnior.

SIN ‘LUZ’ EN PARÍS

Y mientras, a mil kilómetros de distancia, Neymar se lo mira con una cierta nostalgia, cada vez más arrepentido, al menos en lo futbolístico, de su decisión. Sus cuatro goles han sido todos en la competición doméstica, no han servido para lograr puntos por sí solos y para más inri se quedó sin jugar la última jornada ante el Saint-Étienne para llegar más fuerte a la Champions. Y lo que ocurrió es que fue ridiculizado por Sadio Mané, cuando el senegalés del Liverpool le desafió con una ‘gambeta’ en su cara. No son buenos tiempos para Neymar, que en su haber solo se puede contabilizar que arrancó la jugada del gol de Mbappé, que quedó en nada por el 3-2 final.

Neymar también jugó una Supercopa, la de Francia, pero mientras en la española Dembélé levantaba con orgullo un trofeo que era medio suyo, el brasileño asistía a la goleada del PSG ante el Mónaco (4-0) desde el banquillo y solo participó 14 minutos.

Los números no mienten y dicen que Dembélé marca un gol cada 98 minutos, mientras  que Neymar necesita 114 en una Liga menor. Pero todavía mienten menos las sensaciones, y uno, el azulgrana, está en el momento más álgido de su prometedora carrera y es adorado por su afición, mientras el otro se apaga en la ciudad de la luz y la única salida ya posible es la de un nuevo destino...