Dembélé-PSG: las razones del frenazo a la operación

Las cosas han cambiado en el club parisino desde que empezó a interesarse por el delantero del FC Barcelona

La operación se ha enfriado tanto por motivos deportivos como económicos

¿Será este el último gol de Dembélé con el FC Barcelona? Al francés no se le vio muy feliz...

El gol de Dembélé que abrió el marcador ante el All Star de Australia / FCB

Sport.es

A 35 días para que expire su contrato con el FC Barcelona, el futuro de Ousmane Dembélé sigue siendo una incógnita. Las declaraciones del director de fútbol, Mateu Alemany, antes del último partido de LaLiga Santander contra el Villarreal y las últimas informaciones apuntan a que la posibilidad de una renovación está muy complicada.

El PSG se erigía como el destino casi seguro para el internacional francés.en caso de no continuar en el Camp Nou. La reciente renovación de Kylian Mbappé parecía abrirle de par en par las puertas del conjunto parisino, teniendo en cuenta la afinidad entre ambos y el poder que el club francés había otorgado a su máxima estrella en la confección del nuevo proyecto.

Pero la operación se ha enfriado en las últimas horas, básicamente por cuatro motivos:

Nueva estructura deportiva en el PSG

La opción de incorporar a Dembélé se plantea con Leonardo en la dirección deportiva y Mauricio Pochettino en el banquillo. En esos momentos el brasileño y el argentino tenían la confianza de la dirección del club, pero todo cambió tras despedirse de la Champions League en una eliminatoria que tenían ganada a falta de media hora y en la que fueron netamente superiores al Real Madrid en los dos partidos.

El golpe de gracia para ambos llegó durante las conversaciones en Catar para la renovación de Mbappé, en las que la estrella francesa exigió un cambio radical en el proyecto deportivo. Leonardo ya no está en la dirección deportiva y las horas de Pochettino parecen contadas. Todas las informaciones apuntan a que el relevo de Leonardo será el portugués Luis Campos, que siendo director deportivo del Mónaco apostó por un Mbappé con 14 años al que habían rechazado Real Madrid, Chelsea, Liverpool, Manchester City y Bayern.

Para el banquillo se apuntaba al gran ídolo de infancia de Mbappé, Zinedine Zidane, pero en los últimos días está ganando enteros la opción del joven técnico portugués Rubén Amorim, actual entrenador del Sporting de Portugal.

Cambio de perfil

A falta de que se concrete la nueva estructura deportiva, todo apunta a que la planificación va a sufrir algunas modificaciones significativas. En el caso concreto de Ousmane Dembélé, el aún delantero del Barça era el elegido para cubrir la salida de Ángel di María, que continuará su carrera deportiva en la Juventus.

Y aún siendo un futbolista que gusta, la nueva planificación apuntaría a nuevas necesidades que llevarían a la búsqueda de un perfil muy distinto al del internacional francés.

Más compromiso y profesionalidad

El PSG ha detectado que uno de los problemas que le han impedido alcanzar su objetivo de conquistar la Champions League está en el vestuario. El club parisino ha conformado una plantilla muy poderosa que nunca ha desplegado todo el talento que atesora más allá de la Ligue 1.

Las nuevas directrices apuntan a construir una plantilla con más compromiso, más profesionalidad y más intensidad, erradicando esos capítulos extradeportivos que se han vivido las últimas temporadas que en algún momento pueden haber colaborado a distraer al equipo.

La dirección deportiva quiere dar una nueva orientación a la plantilla y se lanzará al mercado con otros objetivos. En este nuevo escenario, hay dudas sobre la regularidad de Dembélé.

Un coste demasiado elevado

Aunque la economía del PSG no tenga límites, el club parisino considera la operación fuera de mercado por las elevadas exigencias de Dembélé y su representante, Moussa Sissoko. Más allá de su ficha anual, la entidad francesa no está por la labor de afrontar la prima de fichaje y la comisión que el agente del delantero plantea.

El PSG ya ha hecho un esfuerzo económico para retener a Mbappé y no va afrontar unas cifras similares. Primero, porque considera que Dembélé no está un escalón por debajo de Kylian y porque el fair play financiero tiene un límite.