Dembélé 'explota'

Dídac Peyret

Dídac Peyret

El pasado mes de junio, cuando todo eran dudas alrededor de Ousmane Dembélé, su compatriota Kylian Mbappé le echó un cable. “Para mí es el mejor jugador joven del mundo”. Sus palabras fueron interpretadas, entonces, como una pequeña ‘boutade’ entre amigos. Pasados uno meses, su afirmación no parece algo descabellado.

El francés jugó ante el Leganés su partido más salvaje con la camiseta azulgrana. Y la sensación general es que ha hecho el ‘clic’ definitivo. Se nota en la tranquilidad con la que define, en la confianza con la que somete a rivales y en su acercamiento a los compañeros; por fin siente suyo el equipo.

Que la confianza es el termómetro de cualquier futbolista se demuestra en casos como los de Dembélé y Coutinho. Frente al Leganés, el frances intentó 15 regates (¡12 en los primeros 45 minutos!) y salió bien parado en ocho ocasiones. También marcó un gol con un giro de tobillo espléndido. Pero las cifras no hacen justicia a la sensación de dominio que transmite cada vez que hace una carrera con un rival.

Un atleta desconcertante

Los rivales temen al francés porque sencillamente son incapaces de anticipar lo que hará. Cuando corre parece levitar. Se adelanta el balón con una suficiencia bárbara y avanza con retrovisor. Estudia al rival en pleno despligue: si tiene que acelerar; si es mejor esperar y forzar la falta; o si hay que el filtrar el pase al compañero mejor situado.

A partir der ahí, si aparecen más obstáculos, su especialidad es un quiebro seco, demoledor, donde parace detener el tiempo. Imposible saber si saldrá por dentro o por fuera. Si hará un último recorte o si chutará. Una faena tremenda para defensas y porteros.

Dembélé suma ya 40 goles entre clubes y selección: 20 con la pierna izquierda y 20 con la derecha, según datos de ‘Squawka’. Un balance sorprendente, muy atípico en el mundo del fútbol, solo al alcance de un tipo ambidiestro como él.

Esta temporada ya ha llegado a los 13 goles, superando su mejor marca en el Rennes con 12. Un crecimiento goleador que seguramente sea lo más llamativo de su explosión esta temporada. 

De Ousmane se sabía que era desequilibrante. También que era un velocista. Pero había dudas sobre su definición. También de su futuro en el Barça, porque ni siquiera sus compañeros se esforzaron en tapar algunos episodios de inmadurez. Más allá de algún retraso sonado (en un entreno ni siquiera llegó a presentarse aludiendo gastroenteritis), en el vestuario había la impresión de que iba a su aire.

Tenemos que ayudar a Dembélé para que sepa que el fútbol son 24 horas”, señaló Piqué. También Suárez fue claro con el francés. “El propio Ousmane sabe que es un privilegio estar donde estamos. Tal vez tenga que enfocarse más y ser más responsable en algunas cosas. Es muy joven y puede inspirarse en jugadores más experimentados que lo rodean”. La preocupación en el club era evidente; tras varios toques de atención, no había reacción de ‘Dembouz’.

“Es muy joven y nunca ha tenido que hacer un esfuerzo como el que está haciendo ahora para adaptarse al juego del Barça.  Le está costando”, llegó a decir en ‘Catalunya Ràdio’, Pep Segura, manager deportivo. Incluso en el entorno más cercano del futbolista había  una intranquilidad latente.

El papel de la familia

Una de las figuras claves en la vida de Ousmane es su madre Fatima, sobre todo desde la separación de sus padres. En su entorno lamentaban hace unos meses la soledad del futbolista, a pesar de que comparte piso con su amigo de infancia, Moustapha Diatta.

Gente cercana al futbolista destaca que ahora tanto su agente, Moussa Sissoko, como su madre están más cerca de Ousmane. Desde que llegó el mensaje en el club ha sido claro: el futbolista tiene que profesionalizar sus hábitos para ser un jugador con una carrera larga en la élite.

Desde que llegó al Barça, ha tomado algunas decisiones en este sentido. Entre ellas contar con un dietista para controlar  más una alimentación que a veces ha descuidado a base de comida rápida. En el club también había preocupación con su afición a los videojuegos y a las partidas maratonianas online. 

Pero desde su explosión en el campo, se ha pasado del escepticismo a la expectativa de estar presenciando la evolución de un futbolista que puede ser algo grande. Valverde le atribuye al futbolista el mérito de su gran mejora. “Lo que le sale a él es por mérito suyo, estamos encantados con él, con su trabajo y su rendimiento. Es un jugador absolutamente desequilibrante”.

La lesión en el tobillo que le tendrá 15 días KO solo supone un pequeño obstáculo para un Dembélé que va lanzado.