Dembélé debe dar el paso adelante que le pide Messi

Ousmane Dembélé puede tener en el Levante-FC Barcelona de este sábado su enésima oportunidad como blaugrana, tras una nueva ausencia motivada por asuntos no estrictamente tácticos. Ernesto Valverde no pudo contar con el delantero francés en los dos últimos encuentros por una sanción, que se sumó a las lesiones que lo han dejado en el dique seco en otros seis duelos del inicio de la temporada 2019/20.

Nada nuevo en la hoja de servicios del 'Mosquito', que en el presente curso ha vuelto a 'picar' mucho menos de lo que se espera de él: solo ha  disputado 267 minutos (1 gol) en cinco de los trece partidos oficiales del Barça.

Si su fichaje fue rocambolesco, protagonizando un espectacular plante para forzar al Borussia Dortmund a aceptar los 105 millones de euros (más otros cuarenta en variables) que abonaba Josep Maria Bartomeu, su trayectoria deportiva ha sido más que irregular, siendo muy generosos.    

Todo el mundo esperaba lo mejor de él en can Barça en aquel curso 2017/18, ilusionados con que pudiera hacer olvidar a Neymar Junior en la banda izquierda. Pero a las primeras de cambio, el 16 de septiembre de 2017, Dembélé sufrió la inoportuna lesión en el bíceps femoral de la pierna izquierda en campo del Getafe al intentar jugar un balón de tacón. 

Ousmane no estaría en condiciones de volver a jugar hasta enero de 2018, e incluso sufrió un nuevo contratiempo (desgarro muscular) porque forzó su regreso, obsesionado con llegar al clásico del Santiago Bernabéu y, sobre todo, con estar en forma para jugar el Mundial de Rusia 2018.

DEMBELIEVERS

La temporada 2018/19 debía ser la de la confirmación del delantero francés, consideraban los 'dembelievers', los seguidores barcelonistas que apostaban por el talento innato de un jugador talentoso, eléctrico, diferente, pero también inmaduro y con muestras de indisciplina que bordeaban el infantilismo.

Dembélé acabó sacando de sus casillas a detractores y defensores, una vez más. Empezó el curso sin lesiones y jugando de manera regular: participó en doce de los catorce encuentros oficiales (771 minutos, 5 goles y 1 asistencia)... hasta que se saltó un entrenamiento. 

Ernesto Valverde lo dejó fuera del Barça-Betis a un alto precio (2-3) y al francés le llovieron las críticas desde los despachos, el banquillo y el vestuario hasta que se dio la consigna de acabar con la crucifixión. La idea era reflotar -una vez más- el fútbol de Osumane. Y si durante el empeño, aparecía un buen postor, traspasarlo...

SER EL CUARTO

El nombre de Dembélé apareció durante el último mercado de verano en todas las quinielas de traspasos relacionadas con la posible repatriación de Neymar, pero la operación no cristalizó. Además de nuevas lesiones musculares, se ha encontrado con una sanción y sobre todo, con la competencia de Antoine Griezmann, llamado a completar el tridente junto a Leo Messi y Luis Suárez, e incluso de Carles Pérez y Ansu Fati. 

El Camp Nou sigue valorando los arranques de genio del Mosquito -cuando juega- pero un sector parece resignarse a que Ousmane difícilmente llegará a ser la estrella que apuntaba dos años atrás.

 Leo Messi le pedía en la entrevista concedida a SPORT hace unas semanas que de un paso adelante. Tampoco tuvo desperdicio el momento en el que el astro argentino le dijo al árbitro que expulsó al francés: "¡Si no sabe hablar!", para entender el bajo nivel de integración de Dembélé, más de dos años después de su llegada al Camp Nou.

Su irregularidad, la estabilidad de Griezmann, la ilusión de Ansu... Dembélé va a tener que tomarse muy en serio a si mismo y al fútbol para llegar a donde su talento apunta.

(*).- Hasta el 1 de noviembre de las temporadas correspondientes