Dembélé, un caso especial

L. Miguelsanz

L. Miguelsanz

El futuro de Ousmane Dembélé sigue en el aire. Y no es porque el extremo francés no haya rendido o porque el Barça vaya muy sobrado de atacantes por la lesión de Ansu Fati sino porque su situación contractual le hacen ser carne de cañón del mercado.

A Dembélé le queda un año y medio de contrato, tiene ofertas para marcharse traspasado, pero ni acepta irse por ahora ni tiene intención alguna de prorrogar su contrato. Ante esta situación, el Barça podría forzar la máquina porque no quiere perder a coste cero a un activo que fichó por más de 100 millones de euros.

Ronald Koeman no confiaba demasiado en Dembélé desde que aterrizó en Barcelona. Al técnico holandés no le gusta su carácter despistado ni su desorden en el campo.

Nadie duda que se trata de un diamante en bruto, con unas condiciones físicas excepcionales, pero no ha acabado de explotar en el Barça. 

El club blaugrana ya estuvo en contacto con él y su entorno para que escuhara alguna de las ofertas que había encima de la mesa. El Manchester United presionó mucho, pero Dembélé se negó a salir aduciendo que solo se iría del Barça traspasado y no en calidad de cedido.

Fue el propio jugador el que echó a perder esta oportunidad en los últimos días de mercado. A partir de ahí, el Barça ha intentado que Dembélé comenzara a negociar su renovación aunque sea por un año más, pero por ahora no ven que haya opción de avanzar. 

La táctica del futbolista y su entorno podría ser que el tiempo vaya corriendo para poder salir libre en junio del 2022. Lo que sí tiene claro el Barça es que Dembélé ahora es más necesario por la lesión de Fati, aunque están dispuestos a escuchar ofertas.

Por su situación contractual es el idóneo para vender, una vez se ha visto que está restablecido de su lesión muscular. 

United y Arsenal siguen muy, muy interesados en él, pero habrá que ver si hay dinero suficiente para afrontar una operación de este tipo y si Dembélé se pone o no a tiro para marcharse.