Darwin Núñez, de la favela a gran amenaza para el Barça

El Barça debe ganar mañana en el Camp Nou al Benfica para estar en los octavos de final de la Champions. Deberá mejorar el equipo de Xavi en ataque y también en defensa. Los lisboetas ya demostraron de lo que son capaces goleando al conjunto que entrenaba entonces Ronald Koeman en Da Luz. El gran protagonista de aquel partido fue el delantero Darwin Núñez (Artigas, Uruguay, 24-06-1999), autor de dos goles y un peligro constante para la zaga blaugrana.

Darwin Núñez ha marcado ocho goles y ha repartido dos asistencias esta temporada con el Benfica en catorce partidos y su progresión en los últimos años ha sido tan buena que su entrenador, Jorge Jesús, no ha dudado en afirmar que será uno de los mejores delanteros centros del mundo. Con 22 años, ya es seguido por equipos importantes de Inglaterra y también por el Atlético de Madrid y parece difícil que siga en el Benfica el curso que viene a pesar de tener una cláusula de rescisión de 80 millones de euros y contrato hasta el 2025.

A Lisboa, llegó desde la segunda división española. El Almería había comprado al delantero a Peñarol en el 2019 por ocho millones de euros. Le traspasó un año después, tras no conseguir el ascenso, por 24, convirtiéndose en el fichaje más caro de la historia de la liga portuguesa y la venta más cara de la historia del Almería y de la segunda división española. “Es un enorme proyecto de delantero centro. Puede llegar a ser de los mejores del mundo si sigue trabajando como hasta ahora”, explica José Gomes, que fue uno de los tres técnicos que tuvo Darwin Núñez en su única temporada en el equipo andaluz. “Tiene un gran físico. Mide 1,87, pero no está exento de técnica. Es muy potente, rápido y lo mejor que tiene es que es un ganador. Y tiene mucha hambre”, dice el entrenador portugués.

SUPERANDO OBSTÁCULOS

Darwin Núñez es un luchador desde niño. Nacido en una favela en Artigas, al norte de Uruguay, su padre era un albañil que no siempre podía llevar dinero a casa. Su madre trabajaba limpiando hogares y cuando era necesario saliendo a la calle a recoger botellas para luego venderlas. Más de un día tanto Darwin como su hermano Junior, que también iba para futbolista pero tuvo que dejarlo para ponerse a trabajar, se fueron a dormir con el estómago vacío.

Se refugiaba el actual futbolista del Benfica en el fútbol, que empezó a practicar primero en el modesto San Luz y después en el San Miguel de Artigas. Hasta que con catorce años su talento fue descubierto por José Perdomo, historia del fútbol uruguayo. Se lo llevó a Montevideo para jugar en los equipos inferiores de Peñarol. Triste por estar lejos de su familia, estuvo a punto de abandonar. Volvió a Artigas y un año después, con quince años y más maduro aceptó el reto de Peñarol.

La vida todavía le volvería a poner a prueba con una grave lesión de rodilla en edad juvenil. Estuvo a punto de abandonar. No lo hizo porque quería sacar a sus padres de la favela. Triunfó en Peñarol y ahora lo hace en el Benfica, pudiendo haber cumplido su promesa de sacar a su familia de la pobreza.