Dani Olmo pide paso ante el Rayo

Ha pasado ya casi medio año desde que el 27 de agosto Dani Olmo protagonizó uno de esos debuts que no se olvidan. El Barça hizo una apuesta firme en verano para lograr su fichaje, que se hizo oficial el 9 de agosto. Deco, director deportivo, y Hansi Flick, entrenador, apostaron fuerte por el futbolista, por quien se realizó un importante esfuerzo económico para convencer al RB Leipzig. También el egarense lo puso todo de su parte para cumplir su sueño de regresar a casa, al club de su vida.

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El inicio de la competición no fue nada fácil porque el límite salarial de la plantilla no permitió al club inscribirlo desde el primer día y se perdió las dos primeras jornadas de Liga, ante Valencia y Athletic. Finalmente, la lesión de Christensen dejó el hueco necesario para tramitar su ficha. Y su irrupción fue de las grandes, de las que dejan huella. Fue ante el Rayo en Vallecas, entrando en la segunda mitad, precisamente el próximo rival liguero de los blaugrana, el lunes en Montjuïc.

La expectativa era muy alta el día de su estreno porque, además de la inversión realizada, 55 millones de euros, había muchas ganas de verle en acción tras una Eurocopa en la que fue uno de los mejores jugadores del campeonato ganado por la selección española. Olmo superó todas las expectativas entrando tras el descanso y ofreciendo un recital futbolístico reservado solo para talentos especiales.

Los de Flick se habían atascado durante la primera mitad ante un rival que se adelantó en el marcador a los nueve minutos y, a partir de ahí, costaba muchísimo generar peligro. Hasta que el canterano agarró el balón y, desde el centro del campo, lideró a los blaugrana hacia la remontada. La entrada de Olmo, sustituyendo a Ferran Torres, fue como encajar la última pieza de un puzle porque, a partir de ese momento, todo encajaba a la perfección.

Su conexión con Pedri, Lamine, Bernal y Raphinha se dio de forma natural: todos hablan el mismo idioma futbolístico. A los pocos minutos de entrar, estrelló un disparo muy lejano en el travesaño que habría sido un golazo. El Barça no paraba de generar y Pedri empató en el minuto 60. Luego a Lewandowski le anularon un gol por un ligero pisotón de Koundé. Hasta que Dani dijo basta, recibió un balón en el área de Lamine Yamal, se la colocó a la izquierda y definió al palo largo. Tercera victoria consecutiva en la Liga, pero, sobre todo, la certeza de que el de Olmo había sido un fichajazo.

Flick lo quiere a tope en el tramo final

Su exhibición tuvo continuidad ante Valladolid y Girona, viendo puerta en ambos partidos. La cosa pintaba muy bien hasta que el futbolista tuvo que ser sustituido en el 61' por lesión en el encuentro ante los de Míchel. Se perdió cuatro partidos ligueros y los dos primeros de la Fase Liga de la Champions. Los problemas físicos han lastrado su participación regular en el equipo, así como los problemas que volvió a tener el club para inscribirle antes del inicio del mercado de invierno, lo que ha obligado a Flick a extremar las precauciones con él para no forzarle. Le quiere a su nivel máximo en el tramo decisivo de la temporada.

Por eso ha ido dosificando sus participaciones en los últimos partidos. Jugó 26 minutos ante el Valencia en la Copa y 19 ante el Sevilla en Liga, donde su último encuentro como titular fue ante el Leganés el 15 de diciembre. Olmo, pese a ello, lleva un par de semanas entrenándose con total normalidad y a pleno rendimiento, así que su regreso a la titularidad apunta al lunes, con la visita del Rayo al Estadi Olímpic Lluís Companys, el rival con el que empezó todo.

En el horizonte aparece ya la eliminatoria de semifinales de la Copa del Rey ante el Atlético y los octavos de final de la Champions, donde el Barça espera rival. También un tramo final de Liga en el que los de Flick se han vuelto a reenganchar y están en condiciones de pelearla hasta el final. El técnico alemán necesita a todos sus futbolistas a tope y la presencia de Olmo se antoja imprescindible para aumentar el potencial ofensivo del equipo. Dani ya solo necesita algo de ritmo competitivo para regresar a su mejor versión.