Dani Alves: Un tipo feliz con ficha de filial

El lateral brasileño y Joan Laporta desplegaron todo su carisma ante un público estudiantil entregado a la causa

El futbolista rechazó una oferta francesa y de dos clubes sudamericanos para regresar al Camp Nou

Vuelve el show con Dani Alves: Revive la locura desatada en su presentación

Vuelve el show con Dani Alves: Revive la locura desatada en su presentación / Dídac Peyret

Joan Vehils

Joan Vehils

Apareció en el terreno de juego con chanclas y a lo loco. Así es Dani Alves. Un tipo tan feliz y alegre como tozudo y carismático. Un futbolista que cuida su cuerpo como si fuera un diamante y capaz de movilizar cielo y tierra para lograr sus objetivos. Esta vez lo ha vuelto a conseguir. Y no solo eso. Ayer en el Camp Nou había tanta o más gente que el día de la presentación de Xavi. Eso sí, la mayoría eran estudiantes que se saltaron las clases y que tienen en Alves a un ídolo, aunque algunos ni tan siquiera lo han visto jugar. El otro ídolo es Laporta. Esos jóvenes entre quince y veinte años nunca habían tenido un presidente tan cachondo. Un presidente al que gritaban desde la grada y ‘Jan’ les devolvía el saludo. Lo cierto es que Laporta disfrutó. "Esto es impresionante", señaló.

Ayer, el palco estaba cerrado y los directivos, familiares y amigos que asistieron a la presentación lo hicieron desde el césped y los blanquillos. Uno de los que más disfrutó al margen del presidente fue Audie Norris. No vimos a Jordi Cruyff, pero el directivo Rafa Yuste, Mateu Alemany y Enric Masip alucinaban con el ambiente. Al acabar el acto, un ejecutivo me comenta que quizás este año no se gane nada pero que se van a divertir de lo lindo. Tiene razón. Lo cierto es que mientras Laporta y Alves saludaban a la afición cogidos de la mano, a uno le dio la impresión de que allí se celebraba algo grande.

Y es que Dani Alves llevaba tres años esperando volver a vestir la camiseta del Barça. Hace un par de meses recibió una oferta de Francia y de dos equipos sudamericanos. Dijo no, y eso que le ofrecían dos años y una buena oferta económica. Solo quería volver al Barça. Alves sabía que era una operación casi imposible, pero insistió con Laporta. Su buena relación personal fue clave. Y clave también sus escasas exigencias económicas. Fue tanto su deseo que llega cobrando menos que futbolistas del Barça B.

No obstante, Alves es feliz. Su aterrizaje en Barcelona ha sido fácil porque mantiene la casa de Esplugues. Lo tiene todo listo y al día, incluso el coche, porque ha mantenido un equipo de trabajo en la Ciudad Condal. No llega solo. Lo hace con su pareja, la 'influencer' y modelo Joana Sanz, su preparador físico de confianza y el fisio de siempre. Echará de menos a sus hijos adolescentes que se quedan en Sao Paulo hasta finalizar el curso escolar, pero a la mínima vendrán a Barcelona. A sus representantes, un tanto atípicos, se lo ha puesto fácil. Uno de sus mánagers es su exmujer, Dinorah Santa Ana, y el otro, Sergio Bastos. Los dos le conocen bien y sabían de su ilusión por regresar.

A todo eso, como explicó Laporta, Alves lleva un tiempo estudiando y, pese a su imagen un tanto frívola, hace tres años empezó a estudiar en Harvard estudios de negocios especializados en deporte, entretenimiento y media.