Dani Alves puso patas arriba la redacción de SPORT

El brasileño estuvo durante más de dos horas en el nuevo edificio de Prensa Ibérica en L'Hospitalet y se prestó absolutamente a todo

Se presentó solo, aparcó su coche en el párking y saludó uno a uno a todos los trabajadores/as de la redacción

Puro Dani Alves en su visita a la redacción de SPORT

Puro Dani Alves en su visita a la redacción de SPORT / David Ramírez

Sergi Capdevila / Jordi Carné

Ni los más viejos del lugar recordaban la última vez que un futbolista de la primera plantilla del Barça había pisado la redacción de un diario. Dani Alves se presentaba solo, como un trabajador más, al edificio de Prensa Ibérica. Lejos de la fama que quizás se ha creado de ‘bon vivant’ y de impuntual, el brasileño, que estaba citado a las 10:00, cruzaba la puerta a las 9:55.

Obviamente, el revuelo era de aúpa. Salían cabezas desde todas las plantas para ver qué era el causante de todo. A todo esto, el de Juazeiro empezaba su ‘tournée’ de fotos por aquí y por allá, regalando sonrisas por doquier. Una vez en la planta 3, la de SPORT, un pequeño ‘tour’ para conocer todos los entresijos y saludar uno por uno a los y las trabajadores/as que participan en el proceso del diario tanto en papel como digital.

DESAYUNO Y FÚTBOL

Ataviado con un ‘look’ más bien discreto (al contrario de las piezas extravagantes que suele lucir), el baiano regalaba sonrisas y buenas palabras a raudales. El segundo paso de la visita, el desayuno. Un buen café con leche y a hablar de fútbol. Dani venía con ganas de contar cosas. Cómo se encontró el vestuario, cómo había visto el partido en Frankfurt: “Madre mía, iban como aviones”, comentaba. Sobre el futuro, sobre el fútbol actual, sobre la mano de Xavi. Casi lo teníamos que frenar para decirle que tocaba seguir con el plan establecido.

Tocaba entrevista. En un plató magníficamente montado por el equipo de vídeo de SPORT, Alves no se mordía la lengua con nada. Mbappé, Messi, Haaland, su futuro, el Barça, Laporta. En su salsa, cómodo, al baiano se le veía ‘disfrutón’. Tras los 47’ de rigor, tocaba ponerse a las manos del fotógrafo. David Ramírez lo inmortalizaba con la bandera de Brasil, con nuestras réplicas de los trofeos, se lo llevaba a la azotea, a la entrada para que posara con las letras de SPORT.