Cuatro contras y un gran pro de jugar el Barça - Nápoles a puerta cerrada

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Xesco Espar

El Barça-Nápoles del próximo 18 de marzo se jugará a puerta cerrada por razones sanitarias y desde la experiencia, puedo decir que esta situación conlleva para el equipo local principalmente cosas negativas. Yo no me he encontrado con esta circunstancia concreta como la que se da ahora, pero sí con partidos con escasa o casi nula presencia de público. También he vivido la experiencia de mis hijas con el waterpolo, un deporte donde en Juegos Olímpicos y Mundiales te puedes encontrar escenarios totalmente desangelados, pues la afición solo acude en buen número a partir de las eliminatorias, y lógicamente, en las finales. 

Desde mi punto de vista, hay cuatro contras de jugar a puerta cerrada un partido de estas características, pero también un pro que puede ejercer de reactivo importante y tratar de anular alguno de los aspectos negativos. No es una buena noticia jugar sin público, aunque dentro de un equipo tan profesional siempre se puede intentar extraer la conclusión positiva.

Los aspectos negativos

Uno de los riesgos que tiene jugar a puerta cerrada es que baja muchísimo la tensión competitiva, ya no solo para los integrantes del equipo local, sino también para el visitante. Los jugadores pueden tener la sensación de estar en un entrenamiento. El público es muy importante, y sirve sobre todo para animar al equipo de casa cuando las cosas no van bien. Su principal componente es ofrecer todo su apoyo en estas circunstancias y dar alas al equipo. Este aspecto se pierde en ausencia de aficionados. Los jugadores encontrarán a faltar la fuerza de su afición.

Otro aspecto que se echará en falta será la presión que el público ejerce sobre el equipo rival, y por qué no decirlo, también sobre el arbitraje. En un partido de esta intensidad, la grada juega un papel muy importante de intimidación.

Por último, resaltar el espíritu competitivo que el público siempre te genera. La afición acude al estadio para ver ganar a su equipo y el estado de alerta continuado impide la relajación del futbolista.

Así pues, el resumen de los aspectos negativos sería: la falta de tensión, la presión al rival, la presión al árbitro y la pérdida del espíritu competitivo.

El gran factor positivo

También por la experiencia de todos estos años, creo que llevar un resultado positivo del partido de ida, como es el caso del Barça, al que le valdría el empate a cero para pasar ronda, es muy peligroso para los azulgranas. La motivación para encarar este tipo de partidos puede venir de fuera o de dentro. Sin aficionados en el estadio, sabes que ya no contarás con este importante apoyo motivacional, así que no hay plan B.

Ante esta situación, el equipo debe ser consciente de la importancia de preparar muy bien el partido durante la semana y salir enchufado. Es necesaria la motivación intrínseca desde el minuto 1 de partido cuando la extrínseca no va a aparecer, y se trata de un punto muy positivo si el equipo hace esta reflexión.

Si yo fuera el entrenador, enfocaría la charla durante la semana para que los jugadores se conciencien mucho desde el primer día de preparación, no esperar al mismo dia del partido. O llevamos el partido aprendido y preparado, o nos faltará tiempo. Es necesario adelantarlo tres días antes del enfrentamiento y tenerlo muy presente.

Si se hace correctamente, la tensión competitiva de los futbolistas del Barça podría incluso subir y actuar contra este lógico bajón causado por la ausencia de público. Estamos hablando de jugadores profesionales y lo pueden conseguir. Se trata de que sean conscientes.

- Xesco Espar es coach y experto en Alto Rendimiento.