JOHAN CRUYFF (1947-2016)

Cruyff, el holandés volador que encantó al Camp Nou

Cruyff debutó en el Ajax en noviembre de 1964, en el Barça en octubre de 1973 y se retiró con el Feyenoord en mayo de 1984. Johan iluminó el fútbol en el campo durante dos décadas inolvidables

Johan Cruyff, un ídolo blaugrana

Johan Cruyff, un ídolo blaugrana / sport

Jordi Blanco

Cruyff llegó al Barcelona en 1973. Y nada volvió a ser igual en el fútbol. Más allá de los títulos, apenas dos, que conquistó en cinco temproadas, el holandés volador encandiló a una hinchada que, gracias a él, recuperó la autoestima.

Cuando el fútbol pasó del blanco y negro al color, la figura de Johan Cruyff iluminó la escena mundial. El 15 de noviembre de 1964Vic Buckingham le puso en el escenario. Ya no se movería de allí.

El Ajax cerró aquella temporada en 13ª posición liguera, su peor clasificación en la Eredivisie, pero el crecimiento de Cruyff, el niño flaco y escurridizo, ya era imparable. De 9 partidos en su primer curso pasó a 23 en la temporada 1965-66 y a 41 las dos siguientes temporadas. Y a la gloria. Absoluta.

Enlazó el Ajax tres títulos ligueros consecutivos y cuando su nombre fue proclamado por vez primera como Balón de Oro, en 1971el Barça ya le tenía apuntado. Un día, próximo o lejano, Johan tenía que volar en el Camp Nou.

"¿El Madrid? Yo di mi palabra"

No fue hasta 1973, cuando se consiguió acabar con la prohibición de fichar extranjeros, que Armand Carabén cerró su contratación en Amsterdam, gracias a la cabezonería del propio Johan, que rechazó una intentona de última hora del Real Madrid. “Gracias, pero di mi palabra al Barcelona y no voy a cambiar” se le escuchó decir en el hotel donde el barcelonismo vivió unas horas, días, al borde de un ataque de nervios.

Johan Cruyff, el futbolista, no llenó las vitrinas del Camp Nou de títulos, pero su personalidad trascendió a todo lo imaginable y a su alrededor se reafirmó una afición fiel que con él recuperó la autoestima y se sintió representada por un fútbol diferente.

Un inolvidable gol al Atlético de Madrid, la terrible noche frente al Leeds United, el caso Weisweiler, el Feyenoord, el Liverpool, su despedida frente al Las Palmas… Y el 0-5. El inolvidable 0-5 del Bernabéu que provocó un terremoto deportivo y social como no se recordaba en España.

La Trinca le dedicó una canción, se le quiso, en tiempos, dedicar una calle en Barcelona y hasta en Sarrià, el día de su primer derbi, se le aplaudió, demostrándose que era un personaje fuera de lo común. “Es nuestra imagen; nos escuchan por él y ganamos a través suyo” dijo Manel González, delegado del primer equipo azulgrana cuando llegó Johan y que constató qué significó el holandés.

La obra maestra de Cruyff se escribe a través del Dream Team y del legado de un fútbol que alcanzó la eternidad bajo el mando de Pep Guardiola, su mejor discípulo, pero la historia del Barça comenzó a cambiarla un inglés, Vic Buckingham, que le dio la alternativa en el Ajax, que le presentó al Barcelona y que cedió su puesto para que fuera Rinus Michels quien le pusiera al frente de todo.

Johan Cruyff iluminó al barcelonismo a partir de un 28 de octubre de 1973, marcando dos goles al Granada en su estreno oficial. Hasta aquella octava jornada el Barça solo había cosechado dos triunfos y estaba dos puntos por encima del colista, había sido eliminado de la Copa de la UEFA por el Niza y el ‘Aquest any tampoc’ ya ganaba terreno en el graderío.

Dos goles y una exhibición en el 4-0 final lo cambiaron todo. 17 victorias y 5 empates, una racha hoy quizá menor pero alucinante en la época, enlazó el Barça en la Liga para ganar el título en Gijón. El ‘Mamita, campeonamos’ de Sotil permanece en el imaginario de aquella temporada inolvidable para los seguidores veteranos, que vieron aquel vuelo acrobático ante Reina salieron a las calles sin ninguna llamada de nadie a celebrar un 0-5 al Real Madrid.

Hemos ganado al Madrid y hemos goleado al gobierno” se bramó al lado de un Camp Nou oscuro y tomado sorpresivamente por centenares de aficionados aquella fría noche del 17 de febrero de 1974.

Cruyff abandonó el Barcelona en el verano de 1978 dejando apenas dos títulos pero marcando su nombre a fuego en las entrañas de un barcelonismo que le recibiría diez años después para comenzar a vivir la mejor época de la historia del club.

Johan pasó por la NASL de Estados Unidos, por el Levante y volvió al Ajax para decir adiós, haciéndolo en el Feyenoord porque Van Praag quiso ‘retirarle’ antes de tiempo. Y Johan se marchó a Rotterdam para ganar un doblete de despedida en 1984.

Porque a Johan Cruyff nadie, nunca, le dijo qué podía y qué no podía hacer. Simplemente por ello fichó por el Barça y despreció al mismísimo Santiago Bernabéu por boca de Raimundo Saporta. Hace de todo ello una eternidad... Pero se recordará eternamente.