Cronología de la temporada en la que todo salió mal

De Jong ha vivido una primera temporada para olvidar

De Jong ha vivido una primera temporada para olvidar / V. Enrich

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Hace ya un año que el Barça empezaba la temporada 2019-20: el recorrido ya empezó torcido, con una derrota en San Mamés ante el Athletic Club. Era el 16 de agosto de 2019. Nadie podía imaginar que un año después, el equipo llegaría una situación tan preocupante.

La temporada en la que todo salió mal empezó mal pero acabó aún peor, con un humillante 2-8 en los cuartos de final de la Champions. De agosto de 2019 a agosto de 2020, han ocurrido demasiadas cosas en el Barça. Y ninguna ilusionante.

Para empezar, los fichajes: De Jong y Griezmann fueron las incorporaciones más prometedoras de la temporada, pero la ninguno ha logrado escapar a la sensación de mediocridad que transmitía el equipo. 

De los cinco primeros partidos de Liga, el Barça solo ganó dos: el equipo empezó a emitir síntomas preocupantes demasiado pronto. 

Sin embargo, en la jornada 9 el Barça se aupó al liderato de la Liga: lo mantuvo pese a no ser capaz de superar al Real Madrid en el primer clásico de la temporada, disputado en el Camp Nou (0-0) el 18 de diciembre de 2019.

El Barça llegó a Navidad en un estado de relativa calma: líder de la Liga, bien situado en la Champions, pendiente de estrenarse en la Copa y listo para competir en la Supercopa que se iba a disputar en Arabia Saudí poco después de Reyes.

arabia, el principio del fin

El viaje a Arabia supuso un punto de inflexión: el Barça cayó eliminado ante el Atlético en semifinales pese a jugar mejor que su rival. La directiva de Bartomeu despidió a Ernesto Valverde.

El relevo del entrenador se convirtió en un espectáculo mediático que dañó al club: reunión con Xavi en Catar, llamadas a Mauricio Pochettino, tanteos a otros entrenadores para acabar decantándose por Quique Setién, que no era la primera ni le segunda opción. El cántabro fue presentado como nuevo entrenador del equipo a mediados de enero. El Barça aún era líder de la Liga. 

setién empieza con mal pie

La era Setién empezó con dudas: pese a declararse devoto convencido del 'cruyffismo', Setién no logró que el juego del equipo fluyese. Una victoria por la mínima ante el Granada y un triunfo muy sufrido ante el Ibiza en la Copa en sus dos primeros partidos. 

En el tercero, ante el Valencia, el Barça perdió 2-0. Comenzaba a instalarse en el entorno la sensación de que los jugadores no creían en su entrenador. No había 'feeling' entre Setién y sus futbolistas. El entrenador contaba al menos con la reaparición de Dembélé, pero el francés volvió a caer lesionado. No volvió a jugar en toda la temporada. 

La segunda gran decepción de la temporada llegó el 6 de febrero: el Barça, que había jugado las seis últimas finales de Copa, quedaba fuera del torneo. Cayó en San Mamés. Setién aseguró que su equipo no había merecido perder. 

En el horizonte esperaban dos rivales de primer nivel, Nápoles y Real Madrid. El Barça empató en Nápoles y perdió en el Bernabéu. La derrota en el clásico del 1 de marzo fue más que una derrota: el Barça se dejó el liderato y salieron a la luz las primeras quejas de los jugadores de su cuerpo técnico, a cuenta de la intensidad con la que Eder Sarabia daba las instrucciones desde el banquillo.

El Barça, sin embargo, recuperó el liderato una semana después, gracias a una victoria ante la Real y la derrota del Madrid en el campo del Betis. 

dimisiones y destituciones en la pandemia

En ese momento, mediado el mes de marzo, el fútbol quedó interrumpido por el coronavirus.

Pero ni siquiera en tiempos de pandemia pudo vivir el club una cierta calma: Bartomeu prescindió de su supuesto delfín, Emili Rousaud, y varios directivos dimitieron en pleno confinamiento.

La competición se reanudó tres meses después: el Barça jugó en Mallorca el 13 de junio. Ganó con facilidad y daba la sensación de estar en condiciones de ser capaz de mantener el liderato. 

en picado

Pero tres empates (ante Sevilla, Celta y Atlético), sumados a la racha de victorias del Real Madrid, acabarían por dejar al equipo sin liderato. En el día decisivo, el Barça perdió en casa ante Osasuna. Mientras el Madrid celebraba el título de Liga, Messi se quejaba amargamente de la evolución del equipo y ponía en duda el trabajo de Setién. 

A partir de ese momento, el Barça prolongó la agonía: superó al Nápoles en la vuelta de los octavos de final de la Champions. Viajó a Lisboa para participar en la final a ocho, pero cuando tuvo que medirse a un equipo de la elite europea, sucumbió de mala manera: 2-8. Imposible imaginar un epílogo peor a una pesadilla de temporada.