El Barça mereció más ante un Celta rocoso

Leo Messi empató con un disparo raso el gol inicial de Aspas

Leo Messi empató con un disparo raso el gol inicial de Aspas / sport

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Fue un partido en horario poco habitual, entre el vermut y la comida, para ser sábado. De ahí que, aunque quizás pudiera esperarse más gente,  fueron poco más de 63.000 los espectadores que se rieron del frío y acudieron al Camp Nou. De hecho, la entrada fue menor que ante el Murcia.

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LaLiga Santander

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Alineaciones
FC BARCELONA
Ter Stegen, Sergi Roberto, Piqué, Umtiti (Vermaelen, 71'), Jordi Alba, Sergio Busquets, Rakitic (Paco Alcácer, 78'), Paulinho, Iniesta (Denis, 52'), Leo Messi y Luis Suárez.
CELTA
Rubén Blanco, Brais (Roncaglia, 62'), Sergi Gómez (Cabral, 4'), Fontàs, Hugo Mallo, Jozabed (Pablo Hernández, 83'), Lobotka, Wass, Pione Sisto, Iago Aspas y Maxi Gómez.

Quienes se quedaron en casa o fueron al bar para verlo por televisión se perdieron a un Leo Messi desbocado, cómodo con el horario, el estadio y el frío. El '10' no entiene de circunstancias porque la circunstancia es él. Firmó un primer tiempo a lo 'globetrotter', con pases de tacón, caños, gol incluido, paredes imposibles y asistencias que solo la mala suerte y el banderín del linier evitaron que acabasen en gol. Messi es el fútbol en sí mismo. Y eso que el Celta planteó un partido hermético, de cemento en defensa. Messi ejerció de taladro. 

Luis Suárez, nada más iniciarse el encuentro, en la primera jugada, se llevó la amarilla por una falta sobre Sergi Gómez, que tuvo que dejar el partido. A partir de ahí, las cartas boca arriba: el Celta se echó atrás, ordenado, para salir a la contra; el Barça, con los cuatro centrocampistas que vienen siendo habituales, se fue hacia adelante.

Las salidas al contragolpe gallegas, aunque no fueron excesivas, sí fueron peligrosas. A los  veinte minutos, en una de ellas, se avanzó en el marcador. Iago Aspas comandó la jugada por banda derecha, centró para Maxi Gómez y Ter Stegen, en quizás el paradón de la temporada, se la sacó con las piernas. La mala suerte quiso que el rebote cayera a pies de Aspas. No falló.

La reacción fue fulminante. Messi, que antes ya había protagonizado una contra liderada por él ante toda la defensa celeste, se picó con el líder gallego y batió, asistencia de Paulinho, a Rubén Blanco por debajo de las piernas. Empate merecido porque, pese a no tener muchas claras ocasiones, sí tuvo el Barça la posesión y las intenciones de hacer daño. 

Iniesta se divertía con Alba, Umtiti era un muro y Busquets, un pulpo. Suárez lo peleaba todo y mejoraba su imagen respecto a días anteriores. El equipo era coral y contaba con el talento único de Leo Messi, que envió un balón al poste. Pero el empate dominó al descanso.

Paulinho falló cuando lo había hecho todo bien llegando desde la segunda línea y superando a su marcador y al portero. Demasiado escorado y su disparo se marchó fuera por poco. Merecía el gol el brasileño, que ya había probado a Rubén Blanco de cabeza en el primer tiempo. Marcará o no, pero siempre tiene un par... de ocasiones. Quien no falló fue, tras pase de la muerte, jugada de billar de Jordi Alba con Messi, Luis Suárez. Lo celebró como merecía. La remontada era un hecho y ahora tocaba mantenerla. Algo que hace cualquier equipo menos el Barça, que se fue a por el segundo. 

En cambio, quien lo encontró en la jugada desafortunada del partido fue el Celta. Jugada por banda derecha de Iago Aspas. Umtiti sale al corte y nota un pinchazo. Tiene toda la pinta de lesión muscular. Aspas siguió avanzando hasta que el balón llegó a Maxi Gómez, que no falló. Fácil. Volver a empezar y veinte minutos por delante. Entró Vermaelen por él.

Paulinho volvió a disparar tras un centro de Rakitic. El disparo se marchó alto por muy poco. Lo cierto es tuvo que chutar a la media vuelta, en una posición nada cómoda. Todo lo contrario que Piqué, que tuvo el gol en sus botas con cierta facilidad. Tras una jugada ensayada, Messi le dejó solo ante Rubén Blanco, al que dribló. Su posterior disparo tocó la red por la parte lateral externa. Se llevó las manos a la cabeza

Messi pudo hacer el tercero tras un disparo de Denis que rebotó en la defensa del Celta, pero también pudo hacer el Celta. Ter Stegen, de nuevo, providencial. Y eso que se jugaron pocos minutos durante el último cuarto de hora de tiempo efectivo por las continuas pérdidas de tiempo de un equipo para el que el empate era oro. Porque una cosa es perder tiempo y otra muy diferente es lo que hizo el Celta, destrozar el fútbol. Y, pese a todo, Alcácer la tuvo: cabeceó un balón en posición clara que se fue alto. Fue la penúltima. La última fue de Messi, con un lanzamiento de falta que salió fuera. El Barça mereció más.