Corbinos, pasión por el deporte

Jugador del Barça entre 1914 y 1915, fue periodista, promotor deportivo y se exilió en Chile

Apasionado por el fútbol, ciclismo, atletismo y boxeo, destacó por su pluma fácil e innovadora y un estilo convincente

Una imagen de Corbinos (derecha) datada en 1923, junto a Jules Rimet, presidente de la FIFA, en París, durante uno de sus múltiples viajes como enviado especial de “La Jornada Deportiva”. No se conservan fotos deportivas de Corbinos

Una imagen de Corbinos (derecha) datada en 1923, junto a Jules Rimet, presidente de la FIFA, en París, durante uno de sus múltiples viajes como enviado especial de “La Jornada Deportiva”. No se conservan fotos deportivas de Corbinos / La Jornada Deportiva

David Salinas

David Salinas

Isidro Corbinos Pontaque, nacido el 15 de mayo de 1894 en Zaragoza, jugó un partido oficial con el FC Barcelona en diciembre de 1914, algunos de carácter amistoso y otros con el equipo reserva. Promovió el deporte desde la vertiente literaria con innovadores malabarismos lingüísticos y también desde el vértice organizativo impulsando eventos. Exiliado, falleció en Santiago de Chile el 30 de enero de 1966, a los 71 años.

Aunque sus padres vivían en Barcelona, Corbinos vio la primera luz en Zaragoza por el apego a la tierra que sentían sus progenitores, pero empezó a chutar balones y a romper el calzado en Barcelona para desespero especialmente de su padre, zapatero. El primer equipo de Corbinos del que se tienen referencias fue el Barça, en 1914. Después jugó en el Catalònia de Manresa entre 1915 y 1917. Por aquel entonces ya ejercía de periodista deportivo.

Inquieto

A los 15 años se suscribió a una Enciclopedia Universal lanzada en fascículos semanales que dejó de publicarse cuando iba por la letra F, por lo que Corbinos siempre decía, socarronamente, “que su cultura autodidacta llegaba solo hasta esa letra”, recuerda su nieto Lorenzo Agar, sociólogo y profesor de la Universidad de Chile. Su pasión por el deporte y la escritura lo llevaron a publicar en marzo de 1915 el libro ‘Boxeo’, una colección editada por el semanario “El Sport”, medio del que era redactor. También colaboró con “El Día Gráfico” y “La Noche” y escribió en “El Mundo Deportivo” y “Stadium”.

El partido oficial que jugó con el Barça lo disputó con 20 años, el 20 de diciembre de 1914, contra el Català (7-0) y correspondiente a la quinta jornada del Campeonato de Catalunya. La alineación azulgrana fue Lluís Bru; Terré, Peris; Corbinos, Ponsà, Morales II; Mallorquí, Segarra, Bau, Morales I y Bó. En las páginas del “Llibre d’Or del Futbol Català”, editado en 1928, explicó que una de las muchas consecuencias de la I Guerra Mundial fue la carencia de productos, entre ellos las botas inglesas “Manfield”. Contó que “un día llegaron al Barça 16 pares y se repartieron 11 entre el primer equipo, quedándonos los jugadores reservas con la boca abierta… Pero allí estaba Alfredo Massana. Nos guiñó el ojo y dijo: “Ahora veréis”. Machacó con un martillo la dura punta de los “Manfield” y salió con ellos al campo. “No me sirven”, dijo al poco rato, quitándoselos. “Toma”, le dijo a un jugador reserva”, para ti. Y se calzó otros. Y de esta forma repartió entre los que nos entrenábamos los cinco pares de “Manfields” que no hubiéramos logrado a ningún precio…”.

Activista

Periodista de pluma fácil, agradable y estilo convincente, según una reseña de “La Veu de Catalunya” de abril de 1915, Corbinos también fue director y redactor jefe de “La Jornada Deportiva” a partir de 1923, saliendo frecuentemente al extranjero para cubrir eventos. En 1924 publicó “El libro del jugador de foot-ball” y en 1925 organizó, con la cooperación del Comité provincial de Atletismo, el VI premio Jean Bouin. En una ocasión aseguró que “en el mundo todo se puede explicar, incluso el fútbol”.

El mayo de 1925 estaba en Zaragoza como enviado especial para informar del Barça-Atlético (desempate de Copa) y fue arrestado y trasladado a Melilla por no tener regularizada su situación militar. No regresó hasta marzo de 1927… Lo primero que hizo cuando volvió de servir al Ejército fue acudir al campo de Les Corts y al Velódromo de Sants. Fue objeto de un cordial testimonio de afecto por sus colegas de profesión poco después en el restaurante 'Joanet' de la Barceloneta, asistiendo, entre otros, el comandante Peris de Vargas.

En 1928 se encargó de la dirección del diario deportivo bilbaíno “Excelsior”, pasando en 1930 al madrileño “Gran Sport”. En agosto de 1932 organizó una carrera ciclista Barcelona-Lleida-Zaragoza-Calatayud-Madrid en cuatro etapas y 10.000 pesetas en premios. Y en octubre de ese mismo año se planteó organizar la I Vuelta a España en 11 etapas y un presupuesto de 115.000 pesetas. La ronda española nació en 1935. ¿Le robaron la idea?

La guerra y sus consecuencias

En 1933 escribió en “As” y con el estallido de la guerra civil, en 1936, Corbinos tocó la crónica política para “Ahora” desde el frente, cosechando buenas críticas por su rigor, documentación e inteligencia. Sus ideas republicanas lo llevaron a movilizar a su esposa Rosa e hija María a Igualada, desde donde cruzaron la frontera, llegando a Burdeos. Él accedió a Francia a pie, a través de los Pirineos, y después de meses de incertidumbre, reunió a sus mujeres en París.

El 4 de agosto de 1939 dio un giro a su vida y, junto a su pequeña familia, embarcó desde Trompeloup rumbo a Santiago de Chile en el carguero Winnipeg, fletado por Pablo Neruda (entonces el escritor era cónsul especial para la inmigración española, con sede en París) para alejar de la guerra a unos 2.200 españoles procedentes de campamentos de refugiados franceses.

Tras una escala en la isla de Guadalupe, el Winnipeg alcanzó el puerto de Valparaíso el 3 de septiembre. Corbinos empezó una nueva vida desde cero. Tras unos inicios difíciles, fue contratado por “Ercilla”, una prestigiosa revista chilena en la que se desempeñó como jefe en la sección de deportes hasta su jubilación, en 1965. Fue profesor de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile y se creó el “Premio Nacional de Periodismo deportivo Isidro Corbinos” para distinguir al mejor profesional de esa especialidad.

Una noche de domingo, escribiendo una crónica de la jornada futbolística para una colaboración, sufrió un accidente cerebrovascular en su domicilio del barrio santiagueño de Ñuñoa, falleciendo pocos días después. Nunca regresó a su España natal. En 2019 se publicó “Pasaje al limbo”, un libro que compila sus memorias como corresponsal durante la guerra civil española y que escribió en su nueva patria.